A través de donaciones al proyecto Cristo Cambia Vidas, el humorista cubano Limay Blanco ha realizado una destacada labor social al entregar esta semana la casa número 40 a una madre que vivía en condiciones críticas con sus tres hijas en un portal del barrio Taco Taco, en el municipio San Cristóbal, provincia de Pinar del Río.
En un video compartido en sus redes sociales, tanto Limay como la beneficiaria expresaron su agradecimiento a todas las personas que contribuyeron a la compra de la vivienda, que se encuentra en el mismo barrio donde la familia había estado viviendo. Este gesto simboliza no solo el alivio inmediato para la familia, sino también un ejemplo de cómo la solidaridad puede transformar vidas.
Hace unas semanas, Limay, junto a su esposa Glenda y el exboxeador Lino Tomasen, conocido como “El Hombre de Hierro cubano”, realizó una visita a la casa donde se encontraba la familia. Durante esa inspección, fueron testigos de las precarias condiciones en las que sobrevivían. La visita tuvo lugar a la una de la madrugada, en medio de un apagón, lo que acentuó aún más la situación crítica que vivía la madre y sus hijas.
Al llegar, encontraron a la mujer en el portal de una casa vacía, mientras sus tres hijas, de 12, seis y un año, dormían en una sola cama. La madre, en un esfuerzo por protegerlas, intentaba espantar los mosquitos que amenazaban su descanso. Este escenario conmovedor reveló la dura realidad de muchas familias en Cuba, donde las condiciones de vida son difíciles y el acceso a una vivienda digna se convierte en un lujo.
A solo unos metros, la mujer había guardado la cuna de su bebé y sus pertenencias bajo una mata de aguacate, lo que evidenciaba la precariedad de su situación. En una conversación desgarradora, la mujer explicó que su situación se había agravado porque su propia madre la había echado de casa, dejándola sin un lugar seguro donde vivir.
Conmovido por su historia, Limay decidió actuar. Exclamó la necesidad de reunir 2.000 dólares para adquirir una vivienda en la misma zona y pidió ayuda a sus seguidores. La generosidad de la comunidad fue palpable, y rápidamente se recaudaron los fondos necesarios para hacer posible la compra de la casa. Limay también aclaró que, una vez adquirida la propiedad, sería puesta a nombre de una de las niñas, asegurando así un futuro más estable para la familia.