Revelan Corrupción en la Familia del Primer Ministro Cubano: ¿Quién Está Realmente Detrás del Voya Boutique Hotel?

Redacción

En medio de una retórica oficial que clama por la lucha contra la corrupción y las ilegalidades, el Primer Ministro de la dictadura castrista, Manuel Marrero Cruz, ha lanzado amenazas de expropiaciones, decomisos y sanciones penales contra el sector privado en Cuba. Sin embargo, la realidad detrás de estas palabras es una muestra clara de la doble moral que caracteriza al régimen cubano. Mientras se exige austeridad al pueblo, los altos funcionarios disfrutan de privilegios y lujos a costa de los recursos del Estado.

Recientemente, se ha difundido en redes sociales una información que pone en evidencia la contradicción entre el discurso oficial y las acciones de los altos funcionarios del régimen. Manuel Alejandro Marrero, hijo del Primer Ministro, ha sido señalado por utilizar una flota de carros oficiales del Consejo de Estado para trasladar a los turistas desde el aeropuerto internacional “José Martí” hasta su hostal privado, Voya Boutique Hotel, en La Habana. A pesar de que el hostal está registrado a nombre de un testaferro, Jorgedian Dihigo Caro, hijo de una integrante de La Caro Band, la conexión directa con la familia Marrero es evidente. “Es un descaro total lo que están haciendo”, comentó un usuario en redes sociales.

Jorgedian Dihigo Caro, quien afirma haber hecho su fortuna tras vivir ocho años en Dubái y trabajar para una compañía holandesa, ha salido en defensa de Manuel Alejandro tras el escándalo generado por las publicaciones en redes sociales del propio hijo del Primer Ministro, donde alardeaba de su negocio. Sin embargo, las verdaderas beneficiarias de este hostal son la familia Marrero y otros altos funcionarios del régimen, quienes disfrutan de sus días de descanso en este lujoso establecimiento. “La corrupción en Cuba es evidente y descarada”, expresó un ciudadano indignado.

Además, se ha revelado que los turistas que se hospedan en Voya Boutique Hotel son trasladados directamente desde el aeropuerto y no abandonan el sitio hasta su regreso a sus países de origen, lo que levanta sospechas sobre el uso de recursos estatales para fines privados. Esta situación genera aún más desconfianza y malestar entre la población cubana, que ve cómo los recursos que deberían estar destinados al bien común son utilizados para beneficio personal de los gobernantes. “¿Hasta cuándo seguiremos soportando estos abusos?”, se pregunta la ciudadanía.

Las reacciones de la población no se hicieron esperar. Muchos han expresado su descontento en redes sociales, denunciando la doble moral de la cúpula gobernante que exige sacrificios a su pueblo mientras ellos disfrutan de los beneficios del capitalismo que tanto critican. Esta situación no solo evidencia la corrupción y el nepotismo imperantes en el régimen cubano, sino que también resalta la falta de coherencia y transparencia en sus políticas. “Es increíble cómo predican una cosa y hacen otra completamente diferente”, señaló un activista en Twitter.

El caso del Voya Boutique Hotel es un ejemplo más de cómo los privilegios y el abuso de poder se entrelazan en la cúpula gobernante de Cuba, mientras el pueblo sufre las consecuencias de una economía en crisis y una represión constante. La lucha contra la corrupción y las ilegalidades parece ser solo un discurso vacío cuando quienes deberían dar el ejemplo son los primeros en violar sus propias leyes. “Es hora de que se haga justicia y se exponga la verdad”, clama la voz del pueblo.