La comunidad de Santiago de Cuba se vio sacudida recientemente por la trágica muerte de un anciano conocido como Chepio, quien fue encontrado sin vida en la calle San Bartolomé, entre Santa Isabel y Martí. El cuerpo del hombre permaneció varias horas en la acera debido a la demora en la llegada de Medicina Legal, según informó el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada.
Según relatos de vecinos, Chepio era un hombre sin hogar que solía pasar sus días en los bancos de la Avenida Martí. “Le decían Chepio, no tenía casa y siempre estaba sentado en los bancos de la Avenida Martí”, comentó un seguidor del reportero. Otro vecino mencionó que “vendió su casa y gastó el dinero con mujeres, además de padecer varias enfermedades”.
Tras el hallazgo del cuerpo, agentes de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) acudieron al lugar y resguardaron la escena hasta la llegada del equipo forense, quienes cubrieron el cuerpo con un saco blanco antes de realizar el levantamiento del cadáver.
El fallecimiento de Chepio pone en evidencia las duras condiciones de vida que enfrentan muchos ancianos en Cuba, especialmente aquellos sin recursos y con problemas de salud. Esta situación es un reflejo de la profunda crisis económica y social que atraviesa el país, donde cada vez más personas mayores se ven obligadas a vivir en las calles sin la debida asistencia.
Recientemente, en una reunión del Consejo de Ministros de Cuba, se discutieron medidas para abordar la situación de las personas en situación de calle, denominadas oficialmente como “conducta deambulante”. La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, mencionó el incremento de esta población y la necesidad de crear más centros de Protección Social para brindarles atención adecuada.
Uno de los centros destacados es el que se abrirá próximamente en Las Tunas, donde las personas en situación de calle serán evaluadas y atendidas según sus necesidades médicas y sociales. Jorge Luis Perdomo Di Lella, viceprimer ministro, subrayó que el objetivo es proporcionar una atención integral a estas personas, sin detenerlas, sino ofreciéndoles la oportunidad de mejorar sus condiciones de vida.
Actualmente, los centros de Protección Social en varias provincias cubanas albergan a aproximadamente 4,000 personas, la mayoría hombres entre 41 y 59 años, mostrando la urgencia de soluciones más efectivas y humanitarias para abordar este complejo problema social en Cuba.
