Las autoridades de Santiago de Cuba han anunciado la venta de carbón a la población como una alternativa ante el déficit electroenergético y la escasez de combustible que afecta a la isla. El gobernador de la provincia, Manuel Falcón Hernández, explicó en una reunión con diputados locales que se están adoptando medidas para iniciar la venta de carbón, con el objetivo de aliviar el descontento de la población, que enfrenta apagones de hasta 20 horas.
Según los residentes de Santiago de Cuba, en algunas zonas ya se está vendiendo una lata de carbón por libreta de abastecimiento a un precio de $125 pesos cubanos. Esta medida busca ofrecer una solución para las familias que cocinan con equipos eléctricos y se encuentran en dificultades para preparar sus alimentos durante los cortes de electricidad.
A través de diversos canales, los cubanos han expresado su malestar con la crisis energética, que les impide alimentarse y descansar adecuadamente. La venta de carbón se presenta como una solución provisional, pero no exenta de controversia, ya que muchos consideran que no es suficiente para mitigar los efectos de los apagones prolongados.
Manuel Falcón Hernández aseguró que se entregarán los productos restantes de la canasta familiar, una medida que ha sido utilizada por otros gobiernos locales para intentar disminuir el malestar social. El funcionario subrayó la importancia de que «el pueblo sea el primero en conocer a fondo todos los detalles relacionados con la situación de la provincia» y llamó a los santiagueros «a no perder la calma y a concientizar el contexto socioeconómico que enfrenta el país».
Sin embargo, las súplicas y promesas de los dirigentes cubanos no parecen surtir efecto entre las familias desesperadas. En ciudades como Santiago de Cuba, Baracoa, Camagüey y Las Tunas se han reportado protestas callejeras y cacerolazos en los últimos días. La creciente frustración de la población se hace evidente en estas manifestaciones, que reflejan el agotamiento y la desesperación de los ciudadanos frente a una situación que parece no tener solución inmediata.
El suministro irregular de electricidad y la falta de combustible son problemas crónicos en Cuba, agravados por la situación económica global y las sanciones internacionales. Las autoridades intentan implementar medidas paliativas, pero la reacción del público sugiere que se necesita una estrategia más efectiva y a largo plazo para abordar la crisis energética y sus efectos colaterales.
La venta de carbón, aunque una medida inmediata para aliviar algunas de las dificultades, es vista por muchos como una solución insuficiente y temporal. Las familias cubanas, especialmente en las áreas más afectadas, continúan buscando formas de sobrevivir en medio de una crisis que no solo afecta su calidad de vida, sino también su salud y bienestar emocional.