Empresa Eléctrica de Cuba anuncia que este domingo se encuentran 6 termoeléctricas fuera de servicio por roturas y 48 centrales pequeñas por falta de combustible

Redacción

La Unión Eléctrica (UNE) de Cuba anunció para este domingo apagones tanto de día como de noche, debido a un déficit de casi 1,000 MW, ligeramente menos que los valores registrados el sábado. Para esta jornada se prevé una máxima afectación de 900 MW en el horario diurno y de 985 MW en la hora pico.

A las 7:00 am, la disponibilidad del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) era de 2200 MW y la demanda de 2670 MW, con un déficit de capacidad de generación de 540 MW. Para el horario pico se estima una disponibilidad de 2440 MW y una demanda máxima de 3350 MW, para un déficit de 910 MW.

Según el parte de la UNE, el sábado la situación fue incluso peor que la anunciada para este domingo. El día anterior se afectó el servicio durante las 24 horas, con un valor máximo registrado a las 8:50 pm de 1045 MW, inferior al pronosticado.

En este momento, tres unidades de las termoeléctricas Nuevitas, Felton y Renté están fuera de servicio por averías. Otros tres bloques de las CTE Santa Cruz y Felton se encuentran en mantenimiento. Además, 48 centrales de generación distribuida están detenidas por falta de combustible y existen limitaciones en la generación térmica de 378 MW.

El viernes, Alfredo López Valdés, director general de la UNE, anunció «acciones emergentes» en varias unidades termoeléctricas que sufrieron averías. El directivo achacó los fuertes apagones al estado de las termoeléctricas, las altas temperaturas y el aumento de la demanda en el sector residencial debido a la adquisición de muchos equipos de climatización y motos eléctricas.

La crisis energética mantiene al pueblo en un perpetuo agobio, con cortes de electricidad que han llegado a superar las 14 horas en algunas localidades. Miguel Díaz-Canel tuvo que admitir que los cortes de electricidad de los últimos días han sido «terribles», en un supuesto gesto de empatía. «Los apagones han sido terribles, hasta de 20 horas, pero eso se va a resolver. Hay plantas en mantenimiento y esta ha sido la estrategia para evitar que en el verano hayan afectaciones», dijo.

El mandatario explicó que han coincidido la rotura de varias plantas con el mantenimiento de otras justo antes del verano, y que eso hay que «explicárselo a la gente», para «que sepan que hay una situación incómoda, pero temporal».

La realidad diaria de los cubanos, marcada por los largos apagones, se agrava con las altas temperaturas del verano, haciendo que la vida cotidiana sea cada vez más difícil. Las familias deben lidiar con la falta de electricidad no solo para cocinar o refrigerar alimentos, sino también para realizar tareas básicas y mantener un mínimo de confort en sus hogares.

La falta de energía eléctrica ha llevado a muchos cubanos a buscar alternativas desesperadas para sobrellevar la situación. Algunos recurren a generadores personales, mientras que otros dependen de la solidaridad de vecinos que puedan tener acceso a alguna fuente de energía. Sin embargo, estas soluciones temporales no son suficientes para mitigar el impacto de los apagones prolongados.

La indignación y frustración de la población se reflejan en las redes sociales y en los comentarios públicos. La promesa de que «esto se va a resolver» ya no es suficiente para calmar a un pueblo que ha escuchado repetidamente las mismas excusas y justificaciones. Los ciudadanos están cansados de vivir en la incertidumbre y exigen soluciones concretas y efectivas.

La situación también ha tenido un impacto significativo en la economía del país. Los negocios, tanto grandes como pequeños, enfrentan desafíos adicionales para operar en medio de la inestabilidad eléctrica. Las pérdidas económicas resultantes de los apagones son sustanciales, y la capacidad de recuperación se ve comprometida por la falta de una infraestructura energética confiable.

Las palabras de Díaz-Canel, aunque aparentemente empáticas, no han logrado calmar los ánimos de una población que siente que sus problemas no se están resolviendo. La confianza en las autoridades se erosiona cada día más, y la paciencia del pueblo cubano se está agotando. La repetición de promesas no cumplidas solo agrava la sensación de desesperanza y abandono.

Los técnicos y trabajadores de la UNE enfrentan enormes desafíos en su intento de mantener y reparar la infraestructura eléctrica del país. La escasez de recursos y la falta de mantenimiento adecuado durante años han llevado a una situación en la que cada fallo en el sistema tiene un impacto desproporcionado. A pesar de sus mejores esfuerzos, el personal de la UNE lucha contra un sistema que está al borde del colapso.

En medio de esta crisis, la necesidad de una solución a largo plazo se vuelve cada vez más evidente. La dependencia de una infraestructura obsoleta y el aumento de la demanda energética requieren una revisión completa y una inversión significativa en el sector energético. Sin un plan claro y recursos adecuados, la crisis eléctrica en Cuba no hará más que empeorar.

La comunidad internacional también observa de cerca la situación en Cuba. Las ONG y otros organismos han expresado su preocupación por las condiciones de vida de los cubanos y la falta de acceso a servicios básicos como la electricidad. La presión internacional podría jugar un papel en la búsqueda de soluciones y en la provisión de ayuda, aunque la complejidad de la situación política en la isla añade capas adicionales de dificultad.