Hace una década, los televidentes fueron testigos del estreno de la telenovela «Bajo el mismo sol», un periodo que coincidió con la última vez que vimos a Mariela Bejerano en la pantalla. Desde 2014, Bejerano ha residido en Barcelona, España, y se ha desvinculado completamente del mundo de la actuación, a pesar de las sugerencias de su esposo Daniel de que retome su carrera. “Después de 23 años de carrera en Cuba, con trabajos en todos los medios, se me presentó la oportunidad de embarcarme en un proyecto diferente”, confesó en una entrevista a finales de 2020 con la actriz Jennifer Almeida.
Durante esa conversación, Mariela habló sobre lo agotador que fue su trabajo. Comentó que su rutina comenzaba a las 5:30 de la mañana y no regresaba a casa hasta la medianoche, momento en el cual comenzaba a preparar sus escenas para el día siguiente. Esta demanda le impedía mantener una vida de pareja saludable, por lo que cuando encontró el amor, decidió dedicarse por completo a él.
Mariela nació en lo que hoy es parte de Artemisa y pronto celebrará su 53 cumpleaños. Se considera una persona feliz y siempre tuvo claro que quería ser actriz, a pesar de ser consciente de los desafíos que enfrentaría. “Me encontré con personas que no apreciaban mi profesión y trataron de convencerme de renunciar, pero solo lo hice cuando fue el momento adecuado para mí”, explicó sobre los obstáculos que enfrentó.
Desde pequeña, Mariela se preparó para su futuro artístico. Estudió piano, danza y actuación, y participó en festivales de artistas aficionados durante su etapa estudiantil, hasta que finalmente ingresó al Instituto Superior de Arte (ISA) en 1986. Allí, se graduó en 1991 con una licenciatura en artes escénicas, especializándose en actuación, y tuvo sus primeras oportunidades en el escenario con el grupo de Teatro “Almacenes de los mundos”, dirigido por su profesora, Herminia Sánchez.
Su carrera profesional despegó inmediatamente después de graduarse, acumulando 23 años de experiencia en Cuba en diversos medios antes de mudarse a España. Comenzó en el teatro, pero pronto hizo la transición a la radio, donde su talento fue reconocido con varios premios por su trabajo en programas como «Cuando la vida vuelve», «Tres para una estrella» y «Historias de amor y olvido».
Entre 1995 y 2002, trabajó en una productora de doblaje cinematográfico, donde se especializó en dar voz a personajes de telenovelas brasileñas como «Amigas para siempre», «Campeón» y «Perdidos de amor». Sobre esta experiencia, Mariela compartió: “Tienes que medir hasta la respiración, captar hasta el más mínimo detalle sin dejar de interpretar”, según mencionó en una entrevista para la revista OnCuba.
Cuando se le preguntó sobre los diferentes medios en los que trabajó, destacó lo que cada uno le aportó: el teatro le ofreció el tiempo para investigar y construir personajes, la televisión la exigía concentración y memoria, y la radio, el manejo de la voz y sus matices.
También formó parte de destacados espacios de la televisión cubana, como el programa infantil «La sombrilla amarilla», el serial policiaco «Día y noche», las aventuras «El Guardián de la Piedra» y «La leyenda del Rayo», así como las teleseries «Doble Juego» y «Flores con Patricia». Aunque participó menos en el cine, disfrutó de roles en producciones como «Historias cotidianas» y «Cuando una mujer».
Mariela siempre ha disfrutado de sus personajes y con el tiempo ha integrado aspectos de estos a su vida personal. Se siente plena y feliz en su relación actual: “Una relación en la que su vida soy yo y mi vida es él. Esto para mí era necesario”. Sin embargo, admite que extraña a su público, amigos y compañeros de trabajo. Al recordar su carrera, le vienen a la mente anécdotas de los rodajes, que describía como momentos familiares llenos de diversión.
Antes de dejar Cuba, Mariela tuvo la oportunidad de actuar en México y Colombia. Desde 2014, sus actuaciones se han limitado a participaciones esporádicas en eventos culturales organizados por el consulado catalán, encuentros de cubanos en España y algunas iniciativas benéficas. Aunque está abierta a la posibilidad de regresar a la actuación si se presenta la oportunidad adecuada, no está activamente buscándola.
