El 1 de mayo, durante el acto por el Día de los Trabajadores, Raúl Castro, líder de la élite castrista, llamó la atención al lucir unas gafas de sol de la exclusiva marca Ray-Ban y un discreto dispositivo para la sordera en su oído izquierdo. Esta aparición ha generado controversia y cuestionamientos sobre las contradicciones de la élite cubana.
Mientras la población cubana enfrenta una severa escasez de recursos básicos, Raúl Castro no dudó en exhibir unos espejuelos de marca reconocida mundialmente. Las gafas Ray-Ban, conocidas por su calidad y prestigio, son inaccesibles para la mayoría de los cubanos debido a su alto costo, contrastando drásticamente con el modesto salario que perciben los trabajadores en la isla.
La ostentación de Castro es aún más notoria en el contexto del Día del Trabajo, una fecha destinada a conmemorar los derechos laborales y la lucha obrera. Su elección de accesorios de lujo en esta ocasión ha sido interpretada como un gesto de indiferencia hacia las necesidades y preocupaciones del pueblo cubano.
La imagen de Raúl Castro con gafas de sol Ray-Ban ha sido objeto de análisis y especulación, especialmente en relación con su estado de salud. A punto de cumplir 93 años, se ha observado una evidente pérdida de peso y el uso de un dispositivo para la sordera sugiere posibles problemas auditivos.
Estas revelaciones ponen de manifiesto las contradicciones de la élite castrista, que ostenta lujos y privilegios mientras insta al pueblo cubano a hacer sacrificios y mantenerse fiel a los principios del marxismo-leninismo. La familia Castro, conocida por su estilo de vida opulento, continúa generando controversia y críticas por sus acciones y decisiones. En medio de la escasez y las dificultades, estas muestras de extravagancia solo intensifican la brecha entre la élite gobernante y la población cubana.