El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, ha instado a adoptar medidas drásticas para contener el incremento de precios en el país, lo que ha generado controversia sobre la efectividad y la verdadera intención detrás de estas políticas. Durante una reunión con funcionarios en la Isla de la Juventud, Marrero Cruz enfatizó la necesidad de una respuesta más firme en la lucha contra la inflación, destacando la falta de interacción de las estructuras gubernamentales a nivel provincial con las comunidades.
«¿Qué está haciendo cada consejo en la batalla contra los precios? Nos está faltando mano dura en muchos lugares, tomar medidas ejemplarizantes en defensa de nuestro pueblo», declaró el Primer Ministro, señalando una desconexión percibida entre los dirigentes y las bases comunitarias.
Marrero Cruz también comentó que los líderes políticos a menudo solo se enfrentan a las preocupaciones y quejas de los ciudadanos durante las visitas a las comunidades, ya que no hay otros foros disponibles para que las personas expresen sus insatisfacciones.
Esta estrategia de imponer medidas ejemplarizantes ha sido una constante en la respuesta del gobierno cubano al problema persistente de la inflación, que se ha exacerbado desde la implementación de políticas económicas en 2020. Las críticas a estas medidas apuntan a que no abordan las causas subyacentes de la inflación, que están más arraigadas en los problemas estructurales de la economía cubana.
Además, el primer ministro ha recurrido a amenazas de acciones severas contra sectores específicos, como el transporte. En marzo, advirtió que se podrían retirar licencias e incluso vehículos a los transportistas que incrementen sus tarifas, una medida que también se discutió en una reunión con funcionarios del Ministerio de Transporte.
Estas amenazas y políticas han desatado un amplio debate en las redes sociales, donde muchos cuestionan la capacidad del gobierno para controlar los precios eficazmente. Los críticos argumentan que estas acciones no resolverán los problemas de fondo de la economía cubana y que la falta de un sistema de inspectores eficaz dificulta aún más la implementación de estas medidas represivas.
Esta política de endurecimiento ha sido repetida por Marrero Cruz, quien recientemente reiteró su llamado a eliminar la «blandenguería» en la lucha contra el alza de precios, y anunció una «Cruzada» contra aquellos que incrementen las tarifas de servicios, especialmente apuntando a los operadores privados de transporte, conocidos como «boteros». Este enfoque refleja una tensión continua entre el gobierno y el sector privado, en un momento en que Cuba enfrenta retos económicos significativos.
