En una nota oficial emitida por el ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), se ha confirmado la trágica noticia del accidente de un helicóptero militar en el aeropuerto Internacional de Santiago de Cuba, en el cual tres miembros de la tripulación perdieron la vida. Los fallecidos fueron identificados como el Mayor Dairon González Espinosa, el Primer Teniente Carlos Enrique Frómeta Rodríguez y el Subteniente Yunier Céspedes Escalona.
Las FAR han anunciado el inicio de una investigación exhaustiva para determinar las causas precisas del accidente. Las autoridades competentes están recopilando y analizando datos para proporcionar una explicación clara sobre lo sucedido.
Sin embargo, la transparencia en la información sobre accidentes anteriores en el sector militar ha sido limitada, y la prensa afiliada al Partido Comunista rara vez proporciona actualizaciones detalladas sobre el progreso de las investigaciones.
Según informes previos del periodista de investigación Luis Domínguez, la aeronave perteneciente al segundo escuadrón de Camagüey, UM-3685, aparentemente ensamblada en 1983, se estrelló desde una altura de 10 metros. El helicóptero MI-17 formaba parte del convoy militar en apoyo a la visita de Raúl Castro a Santiago de Cuba.
Este lamentable accidente se suma a una serie de incidentes aéreos previos que han afectado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. En 2017, un avión AN-26 se estrelló en la provincia de Artemisa, resultando en la trágica muerte de ocho militares. Dos años después, en 2019, un Mig 21 se precipitó en Güira de Melena debido a problemas técnicos, aunque el piloto logró sobrevivir.
Estos eventos plantean interrogantes sobre la seguridad aérea, la mantenibilidad de las aeronaves y las políticas de entrenamiento dentro de las FAR.