El Banco Central de Cuba (BCC) ha anunciado un «nuevo mecanismo para la asignación de divisas» durante una reunión con altos funcionarios del gobierno. Esta medida, promovida por el primer secretario del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel, y el primer ministro Manuel Marrero, busca mejorar el acceso de las empresas privadas a las divisas necesarias para la importación de bienes.
Juana Lilia Delgado Portal, ministra presidenta del BCC, delineó las metas para el año 2024, que incluyen la identificación de proyectos generadores de ingresos externos y la implementación de sistemas eficientes de gestión de liquidez. También se buscará mejorar el mercado cambiario y fortalecer las relaciones internacionales del sistema bancario cubano.
Actualmente, solo algunas micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) privadas tienen acceso al favorable tipo de cambio oficial entre el dólar estadounidense (USD) y el peso cubano (CUP). Este tipo de cambio, establecido en 120 CUP por cada USD desde el 2021, es fundamental para la importación de bienes. Sin embargo, la mayoría de los negocios privados deben recurrir al mercado informal para obtener divisas, lo que ejerce presión sobre las tasas de cambio del dólar y el euro en relación con el CUP.
En un contexto internacional complejo, Yamile Berra Cires, vicepresidenta primera del BCC, señaló los obstáculos externos que limitan el acceso a financiamiento externo. Sin embargo, se destacó que el bloqueo económico de Estados Unidos ha sido un factor determinante en estas limitaciones, según el discurso habitual del régimen comunista.
Otro tema abordado fue la bancarización en Cuba, que ha enfrentado diversos desafíos, como la resistencia de algunos proveedores a adoptar pagos electrónicos y la ineficacia de las medidas de control. A pesar de ello, se informó que la mayoría de las entidades estatales y no estatales han integrado el sistema de contabilidad mediante cuentas corrientes y que el uso de operaciones electrónicas está en aumento.
En aras de revitalizar el sistema bancario cubano, se están considerando medidas para incentivar los depósitos en efectivo, mejorar la calidad de los servicios y garantizar la seguridad ante posibles ataques cibernéticos. También se aborda la necesidad de actualizar la infraestructura tecnológica, incluyendo la mejora de los cajeros automáticos, para adaptarse a los estándares modernos y mejorar la experiencia bancaria de los ciudadanos.