Dos vuelos de Air Transat, procedentes de Toronto y Halifax, se vieron obligados a desviar su ruta hacia Jamaica debido a un apagón en la pista del aeropuerto de Holguín, Cuba. Este incidente pone de manifiesto las dificultades operativas que enfrenta la infraestructura aeroportuaria en la isla, así como los retos más amplios relacionados con el suministro eléctrico en el país.
La falta de iluminación en la pista impidió que ambos aviones, identificados como TS956 y TS2674, pudieran aterrizar de manera segura en Holguín, llevándolos a optar por Montego Bay, en Jamaica, como alternativa. Este suceso no solo afecta a la logística de los vuelos y a los pasajeros involucrados, sino que también resalta la vulnerabilidad de los servicios esenciales en Cuba ante los cortes de electricidad.
Mientras tanto, en el ámbito local, la atención mediática se centró en la visita del primer ministro Manuel Marrero al municipio de Antilla, dejando en segundo plano la cobertura del apagón y sus implicaciones para el transporte aéreo y el turismo, sectores clave para la economía cubana.
Este incidente ocurre en un contexto donde los turistas canadienses, a pesar de las adversidades, continúan visitando Cuba. Sin embargo, experiencias negativas como la vivida por Deanna Lang y su familia en Varadero, donde enfrentaron condiciones insatisfactorias en su alojamiento, ponen de relieve los desafíos que enfrenta el sector turístico cubano para mantener estándares de calidad y satisfacción del cliente.
Los problemas de suministro eléctrico en Cuba no son un fenómeno aislado, sino parte de una problemática más extensa que afecta a la población en su día a día. La reciente noticia de un déficit de 250 MW y la salida de servicio de importantes unidades termoeléctricas, incluida la planta Antonio Guiteras, ha exacerbado la situación, provocando frustración y descontento entre los ciudadanos. La respuesta de la comunidad, que oscila entre la resignación y el humor, refleja la complejidad de vivir bajo constantes interrupciones del servicio eléctrico.
La situación energética en Cuba, marcada por anuncios de mantenimiento y promesas de mejoras que parecen dilatarse, continúa siendo una fuente de incertidumbre y desafío tanto para los residentes como para los visitantes de la isla.