El trágico asesinato de Yailén Matamoros, una joven madre cubana, en San Antonio de los Baños, Artemisa, ha conmocionado a la comunidad y ha puesto de relieve el grave problema de la violencia de género en Cuba. Según informes en redes sociales, Yailén fue brutalmente apuñalada por su pareja sentimental, un hecho que ocurrió en presencia de su hijo pequeño.
Niover Licea, un ciudadano cubano, compartió detalles escalofriantes del incidente, indicando que el asesino había estado previamente encarcelado y cometió el crimen alrededor de las 11:00 p.m., en la propia casa de la víctima. La joven madre falleció en el lugar del ataque, dejando tras de sí una ola de tristeza y preguntas sin respuesta.
Este feminicidio se suma a una alarmante estadística revelada por la Fiscal General de la República, Yamila Peña Ojeda, durante el VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Hasta octubre de 2023, se han registrado 117 feminicidios en el país, una cifra que supera los datos recopilados por organizaciones feministas independientes, que hasta mediados de diciembre habían contabilizado 81 casos.
La discrepancia en los números subraya la magnitud y la urgencia del problema de la violencia machista en Cuba. La mayoría de estos crímenes se han producido en provincias como Matanzas, La Habana, Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo, y en el 75% de los casos, los feminicidios ocurrieron en hogares compartidos por parejas. Como resultado, 70 niños y adolescentes se han quedado huérfanos de madre debido a estos actos de violencia.
El caso de Yailén Matamoros no solo es una tragedia individual, sino también un reflejo de un problema social más amplio que requiere atención urgente y medidas efectivas para proteger a las mujeres y prevenir la violencia de género en Cuba.