En una reciente declaración, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel lanzó una advertencia severa a aquellos que describió como “contrarrevolucionarios”, prometiendo que enfrentarán “el fuerte peso de la ley” por sus acciones que, según él, buscan desestabilizar el régimen. Durante el cierre del VII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Díaz-Canel reiteró su acusación de que estos actores están motivados por “mentes enfermas, desesperadas e impotentes” y son alentados por la política de asfixia económica de Estados Unidos.
El mandatario cubano, quien también es el primer secretario del único partido legal en la isla, continuó su discurso con la habitual retórica del régimen, acusando a la sociedad civil cubana de sabotajes y atentados instigados por fuerzas externas. Según Díaz-Canel, estas acciones son parte de una estrategia diseñada por el gobierno estadounidense para sembrar desesperanza y desánimo entre la población cubana.
En un tono combativo, el líder cubano, conocido por su dura respuesta a las protestas del 11 de julio, donde más de 1,000 manifestantes fueron encarcelados, reafirmó su compromiso de luchar contra aquellos que desafían al régimen. “Los terroristas, mercenarios, saboteadores y contrarrevolucionarios asociados a esa política imperial no esperen magnanimidad ni generosidad de la revolución. Se les aplicará el fuerte peso de la ley revolucionaria”, afirmó.
Este mensaje llega en un momento de creciente tensión en Cuba, con la inflación descontrolada, precios altos y escasez de alimentos exacerbando la situación ya difícil para muchos cubanos. Díaz-Canel utilizó su discurso para reforzar la narrativa del régimen de unidad y resistencia contra los enemigos externos e internos, en un intento de disuadir cualquier forma de disidencia o protesta.
Recientemente, el régimen llevó a cabo un juicio público contra tres cubanos acusados de sabotaje, en un contexto de campañas mediáticas que acusan al gobierno de Estados Unidos y a cubanos residentes en ese país de organizar y financiar actos terroristas en la isla. Además, el gobierno cubano denunció la entrada ilegal de un presunto terrorista desde Estados Unidos, presentando esto como evidencia de las supuestas conspiraciones en su contra.
En un esfuerzo por reforzar su postura, el régimen cubano ha publicado una lista de personas y entidades acusadas de patrocinar el terrorismo, incluyendo varios expedientes investigativos. Esta lista incluye a individuos acusados de promover, planificar, organizar, financiar y apoyar actos de terrorismo, tanto dentro como fuera de Cuba.
El discurso de Díaz-Canel y las acciones recientes del régimen reflejan una estrategia de endurecimiento frente a la disidencia y la crítica, en un intento de mantener el control y la estabilidad en un momento de creciente descontento y desafíos económicos.