Una escena de terror sacudió este domingo la Escuela Vocacional de Ciencias Exactas Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, cuando un estudiante terminó gravemente herido en medio de un violento altercado que ha dejado a toda la comunidad escolar y al barrio en vilo.
La noticia, como era de esperar, no tardó en correr como pólvora.
El periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada fue uno de los primeros en lanzar la primicia en Facebook, echando pa’ fuera varias versiones de lo ocurrido basadas en relatos de testigos y allegados al centro.
Según se comenta, unos jóvenes del barrio San Juan —pegadito a la escuela— habrían entrado al recinto buscando venganza, después de que unos estudiantes, según dicen, se burlaran de ellos. Y no llegaron a conversar precisamente: entraron armados con cuchillos y machetes, provocando un caos tremendo dentro del plantel.
Una carrera desesperada y una caída brutal
En medio de ese corre-corre, un estudiante, en su intento por salvar el pellejo, habría trepado hasta un alero de un edificio y, al no encontrar otra salida, se lanzó al vacío. El muchacho terminó con fuertes golpes en la cabeza, la boca y la nariz.
Pero hay otra versión que también circula: que un forastero logró colarse hasta el dormitorio de un alumno de décimo grado, lo agredió brutalmente con un cuchillo y, presuntamente, lo lanzó desde una altura considerable.
Lo cierto es que compañeros de aula no dudaron en socorrerlo, logrando sacarlo a la calle justo cuando una ambulancia pasaba por allí, y de inmediato lo llevaron al hospital.
Silencio oficial y medidas tardías
Hasta ahora, ni un parte oficial ha salido a la luz sobre el estado del muchacho, pero todo apunta a que su condición es grave. Mientras tanto, el periodista Mayeta ha mantenido la discreción sobre su identidad, respetando la privacidad de la familia.
Según las denuncias que no paran de salir, el tema de la seguridad en la escuela ya venía cojeando hace rato. Se hablaba de que cualquier hijo de vecino podía colarse sin mucho esfuerzo, pero, como suele pasar, nadie hizo nada hasta que la tragedia tocó la puerta.
Militares y criminalística tomaron el control
En una actualización reciente, Mayeta contó que el colegio ahora parece una escena de película: militares por todos lados, carros de criminalística investigando, y las autoridades rompiéndose la cabeza para aclarar si el estudiante se lanzó o lo lanzaron desde el tercer piso.
Un país cada vez más violento
Este suceso no es un caso aislado. En los últimos años, la violencia en Cuba ha ido subiendo como la espuma. Lo reconoció hasta el propio régimen: en junio de 2024, el primer coronel Eddy Sierra Arias, de la PNR, admitió el aumento de delitos graves, incluyendo armas de fuego, drogas y contrabando.
El mismo Díaz-Canel, en julio, reconoció públicamente que la violencia y las adicciones iban en aumento, y que la situación «no era fácil», por más esfuerzos que dijeran estar haciendo.
La gente lo ve y lo siente
Una encuesta de la revista Bohemia en noviembre de 2023 dejó claro el sentir popular: el 92% de los cubanos notaba más violencia en las calles, y casi la mitad conocía personalmente a alguien que había sido víctima.
Para colmo, la falta de estadísticas claras y protocolos de prevención ha dejado a la población a la buena de Dios, aumentando la desconfianza en los medios oficiales y en las respuestas gubernamentales.
Así cerramos el 2024: con criminalidad por las nubes, operativos que no dan pie con bola, y una juventud que, en lugar de soñar en las aulas, termina luchando por su vida en las mismas escuelas donde debería estar construyendo su futuro.
