Un nuevo incendio forestal vuelve a poner en jaque a Pinar del Río, esta vez en la zona de El Churrasco, allá en el municipio de Viñales. La noticia, que corrió como pólvora por Radio Guamá en Facebook, confirma que el fuego ya ha arrasado con más de 100 hectáreas de pinos, y lo más duro es que ocurre apenas horas después de que lograran controlar el mayor incendio reportado en Cuba este año, también en la misma provincia.
Ahora mismo, los muchachos del Cuerpo de Guardabosques de Viñales, junto con trabajadores forestales, están fajados contra las llamas, tratando de ponerle un pare antes de que siga haciendo estragos. Abril, como quien dice, es el mes de los fuegos, y no es casualidad: el calor pegajoso y la sequía severa tienen los montes secos como hojarasca, listos para prender.
Las autoridades ya venían con la antena puesta. Según los cálculos, para este año se esperaban entre 88 y 105 incendios en Pinar del Río, comentó el teniente coronel Alexander Pereda Burón, quien manda en el Cuerpo de Guardabosques por allá. Hasta ahora, ya llevan anotados unos 67, y contando.
El tema es que la cosa se ha complicado más de la cuenta. Las hectáreas afectadas ya pasaron por arriba del pronóstico inicial de 1,500, lo que tiene a todos preocupados, porque además del daño al monte, hay un impacto ecológico y económico tremendo que todavía se está evaluando.
Para rematar, el incendio anterior —el que controlaron el domingo pasado— dejó más de 3,000 hectáreas hechas cenizas. Ese fuego arrancó el 18 de abril en Arenales, en el Consejo Popular San Carlos de Minas de Matahambre, y no se quedó quieto: siguió su camino hasta San Juan y Martínez, como si nada lo pudiera parar.
Por lo menos, hasta ahora no se han reportado pérdidas humanas, que ya es un alivio en medio del desastre. Pero el medio ambiente no ha corrido con la misma suerte. El Jardín Botánico de Pinar del Río también sufrió su golpe, afectando su biodiversidad y todo el trabajo de conservación que allí realizan con tanto amor.
Y si miramos pa’ atrás, marzo tampoco fue manso. En el oriente del país, el régimen tuvo que meterle mano a varios fuegos. En Holguín, casi cien bomberos y guardabosques se la jugaron contra un incendio peligroso, mientras que en Baracoa, Guantánamo, otro siniestro consumió 1.5 hectáreas en Cayo Güin, una zona donde los bosques abundan y la naturaleza es reina.
La realidad es que, con tanto fuego suelto, la tarea de proteger los bosques en Cuba se ha vuelto una lucha diaria. Y en Viñales, ahora mismo, se está librando una batalla más para salvar lo que queda del monte.
