Las redes sociales están que arden, y esta vez el motivo es una nueva campaña que busca sacar a la luz la verdadera cara de las famosas “misiones médicas” cubanas. ¿La misión? Dejar claro que no son actos de solidaridad como venden, sino una forma de esclavitud moderna que mantiene al régimen en pie.
El doctor cubano Lucio Enríquez, que no tiene pelos en la lengua, se ha puesto al frente de este movimiento. Desde sus redes, hizo un llamado fuerte y claro a todos sus colegas —dentro y fuera de la isla— para que denuncien sin miedo esas misiones esclavas que, aunque viajan el mundo con bata blanca, en realidad son una maquinaria para sostener económicamente a la dictadura cubana, esa misma que tiene al pueblo pasando hambre y necesidad.
Lucio fue muy claro: en los próximos días, es crucial que la gente se sume a esta campaña en todas las plataformas digitales. El objetivo es simple pero poderoso: desenmascarar a las misiones médicas, que bajo el disfraz de “humanidad y solidaridad” esconden la estrategia sucia del régimen para infiltrarse en otros países y sembrar su ideología comunista, ya más que fracasada.
“Hoy les traigo una forma de acabar con la dictadura: tumbando las misiones médicas esclavas”, soltó el doctor en un video que ya empieza a moverse viralmente. Su propuesta es concentrar esfuerzos durante unos días en compartir y difundir todas las denuncias que ya existen sobre este abuso. Porque, como bien dice él, si le quitas el dinero a la dictadura, la haces tambalear.
El doctor también extendió su llamado a médicos que aún son libres, a influencers, a periodistas y a todo aquel que esté comprometido con la causa de la libertad cubana. La meta es poner el foco en esta esclavitud disfrazada que ya no puede seguir escondiéndose detrás de palabras bonitas.
Hay que recordar que, por décadas, el régimen ha utilizado las misiones médicas como su gran fachada de “bondad”, mientras envía a miles de profesionales a vivir bajo amenazas, sin derechos laborales, sin sus pasaportes, y bajo estricta vigilancia. Una farsa que se sostiene gracias al silencio.
Por eso, esta nueva campaña es más que necesaria: busca abrirle los ojos al mundo y presionar a los gobiernos que aún contratan estos servicios. Es hora de decir las cosas como son: las misiones médicas cubanas no son un acto de amor, son un negocio sucio a costa del sufrimiento de miles.