Después de nueve intensos días de lucha contra el fuego, por fin se logró controlar el gigantesco incendio forestal que arrasó buena parte de los bosques en Pinar del Río, dejando a su paso un paisaje de tierra quemada y tristeza.
La periodista Alina López Ochoa, en una publicación en Facebook, contó que el siniestro comenzó el 18 de abril en la zona de Arenales, dentro del Consejo Popular San Carlos, en el municipio de Minas de Matahambre. El fuego, que no entendió de límites, se extendió también hasta San Juan y Martínez.
Las cifras son de espanto: unas 3,240 hectáreas de bosques quedaron consumidas por las llamas. De ellas, 1,740 en San Juan y Martínez y 1,500 en Minas de Matahambre, lo que convierte a este desastre en el más grave de su tipo en Cuba en lo que va de año.
Las áreas afectadas pertenecen a las empresas agroforestales de Minas de Matahambre y de Pinar del Río, en una provincia que siempre ha sido orgullo nacional por su reforestación. Ahora, lamentablemente, tocará mucho tiempo y esfuerzo para recuperar ese verde perdido.
Una batalla contra el fuego al estilo cubano
Apagar semejante monstruo de incendio no fue tarea fácil. Se fajaron duro los muchachos del Cuerpo de Guardabosques de Cuba, junto con trabajadores agroforestales, combatientes del Minint, brigadas forestales y hasta tabaqueros, que dejaron a un lado las hojas para empuñar mangueras y machetes.
Entre los recursos que se usaron para controlar las llamas hubo camiones, carros cisterna, teléfonos satelitales y hasta un helicóptero del Ministerio de las FAR, que soltó en pleno vuelo nada más y nada menos que 29,976 litros de agua para tratar de aplacar aquel infierno.
Protegiendo a la gente primero
Uno de los objetivos principales era cuidar al poblado de Caliente, que estaba demasiado cerca del fuego. Gracias a las acciones rápidas y coordinadas, se logró eliminar el peligro para la población, como resaltó Alina López.
El Consejo de Defensa Municipal de Minas de Matahambre también se puso en pie de guerra, organizando y vigilando todo el operativo.
Aunque ya el incendio grande está bajo control, las labores de monitoreo siguen viento en popa, para detectar cualquier foco que pueda revivir la candela.
Este fin de semana, el teniente coronel Alexander Pereda Burón, jefe de los Guardabosques en Pinar del Río, aseguró que «se le daría el golpe definitivo» al fuego, cerrando así uno de los capítulos más duros que ha vivido la provincia en los últimos tiempos.