Lo que parecía una rutina normal terminó en una pesadilla para un cubano que vive legalmente en Estados Unidos desde hace más de una década. El abogado de inmigración Santiago A. Alpízar lanzó la alarma en redes sociales: un residente permanente, con papeles en regla, fue deportado a México como si nada. Y sí, aunque parezca increíble, esto pasó en pleno 2025.
El cubano en cuestión se llama Arolfo Antonio Acosta Sosa. Todo comenzó cuando fue detenido en un punto de control migratorio en La Rosita, Texas. El hombre estaba manejando mercancías legalmente hacia su casa en Florida, pero en vez de dejarlo seguir su camino, agentes migratorios decidieron arrestarlo… y deportarlo. Así, sin más.
Según la denuncia del abogado, a pesar de tener todo su estatus migratorio en orden, Acosta fue detenido de forma irregular y luego expulsado, sin pasar por un juicio, sin una audiencia, sin ningún tipo de debido proceso. Un atropello total a sus derechos como residente permanente.
¿Fue un error garrafal o algo más oscuro? Alpízar se pregunta si esta movida fue simplemente una «metedura de pata» administrativa o si hay intenciones políticas detrás, buscando dañar la imagen de la administración de Donald J. Trump en un momento en que las políticas migratorias están en el ojo del huracán.
El abogado no se quedó callado. Llamó directamente la atención de Kristi Noem, jefa del Departamento de Seguridad Nacional, y de la Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), exigiendo explicaciones. También pidió la intervención urgente del senador Marco Rubio para lograr que Acosta regrese a Estados Unidos sano y salvo.
Por si fuera poco, Alpízar fue más allá y pidió la intervención del FBI para investigar a fondo este caso, porque, como bien dijo, «estos errores no deben ocurrir». Además, invitó a periodistas, defensores de derechos humanos y a todo aquel que quiera ayudar a contactar directamente a Acosta en México, compartiendo incluso su número de teléfono.
Eso sí, el post no dio muchos detalles sobre por qué Acosta, viviendo desde 2011 en EE.UU., nunca se naturalizó ciudadano. Tampoco se explicaron las causas específicas que llevaron a ICE a actuar de esa manera. Pero en los comentarios, cuando un internauta preguntó indignado cómo algo así podía pasar, Alpízar fue claro: pregúntenle a Kristi Noem y a Marco Rubio, porque los responsables deben dar la cara.
El abogado no se guardó nada. Dijo que ya era hora de que los congresistas cubanos dejaran de hablar bonito en campañas y empezaran a trabajar de verdad para garantizar que los cubanos en EE.UU. reciban un trato digno, como cualquier otro residente legal.
Así las cosas: un caso que debería prender todas las alarmas. Porque si a un residente legal con todos sus papeles en regla lo pueden deportar sin miramientos, ¿qué queda para el resto?