Un nuevo crimen estremeció a la provincia de Granma y dejó un dolor profundo en el municipio de Bartolomé Masó. Una mujer, Daimi Tamayo Milán, fue asesinada a machetazos por su expareja, un acto brutal que además dejó huérfana a una niña de apenas 10 años.
La noticia saltó a la luz gracias al perfil de Facebook La Tijera, conocido por sacar a flote esas historias que en Cuba muchas veces se intentan tapar bajo la alfombra. Según relataron, Daimi ya había sido amenazada de muerte por Yordan, el mismo hombre que terminó cumpliendo su amenaza en una escena de horror que paralizó al barrio entero.
El ataque ocurrió temprano en la mañana. Yordan, lleno de odio, irrumpió en la casa de la víctima y sin mediar palabra la atacó con un machete. Luego huyó como cobarde y hasta el momento sigue prófugo, mientras la familia de Daimi clama por justicia.
La pequeña hija de ambos, que también fue amenazada por su propio padre, ahora se encuentra protegida en un lugar seguro, confirmaron personas cercanas a la familia. Hoy, Bartolomé Masó llora no solo a una madre perdida, sino también la brutalidad de un país donde estos crímenes parecen volverse pan de cada día.
“En paz descanse mi prima”, escribió con el corazón en la mano Esnilda Tamayo, una familiar cercana, en los comentarios de la publicación. En otro mensaje, pidió con fuerza lo que todos sienten: “Justicia para Daimi”.
Mientras la tristeza invade las calles, también hierve el enojo. Muchos comentarios lamentaron la triste costumbre que se ha instalado en Cuba: la de ver morir mujeres a manos de sus agresores sin que el Estado actúe de manera contundente.
A pesar del dolor que inunda cada feminicidio, el gobierno cubano ha dejado claro que no publicará estadísticas sobre violencia de género. Según un artículo del diario oficialista Granma, las autoridades trabajan en un registro informatizado para recopilar los datos… pero será secreto, reservado solo para ojos del Estado y de la Federación de Mujeres Cubanas. La ciudadanía, los medios independientes y las organizaciones feministas seguirán sin acceso.
Ese registro, según contaron las fiscales Ana Hernández y Anneliesse Toranzo, está siendo elaborado por un equipo donde participan la Fiscalía, el Ministerio del Interior, el Tribunal Supremo Popular y la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI). La justificación oficial es que este sistema servirá para acciones de prevención y reparación. Pero el secretismo solo alimenta la desconfianza.
Aunque las cifras se escondan, la realidad no se puede tapar con un dedo. En la provincia de Camagüey, investigaciones oficiales revelaron que el 20 % de los asesinatos registrados entre 2022 y 2025 fueron feminicidios. Y en jornadas científicas recientes, medios como el periódico Adelante reconocieron que la violencia extrema contra la mujer se ha convertido en una alarma nacional.
Solo días atrás, plataformas independientes como Alas Tensas y Yo Sí Te Creo en Cuba confirmaron otro feminicidio en Sancti Spíritus, donde Yunisleidy (Yuni) López Milián, de 40 años, fue asesinada por su pareja en su casa en Guayos, Cabaiguán. Con ella, ya son 10 feminicidios contabilizados en Cuba en lo que va de 2025.
El dolor no se apaga, y mientras la justicia se hace esperar, las voces de quienes piden un cambio real suenan más fuerte. Porque cada nombre, como el de Daimi, es un grito que no puede ni debe ser silenciado.