La agencia de viajes Cubamax, bien conocida entre la comunidad cubana en Estados Unidos por facilitar el envío de remesas a la isla, puso freno a estas operaciones, según confirmó la propia empresa a Martí Noticias. La razón oficial: están en medio de un “proceso de reestructuración” vinculado a las entidades que se encargan de distribuir el dinero dentro de Cuba.
Una empleada de la sede principal, ubicada en Hialeah, explicó bajo condición de anonimato que, según su entender, esta decisión no tiene nada que ver con cambios en las leyes de Washington, sino con ajustes internos. Pero, como suele pasar con todo lo que toca al tema Cuba-EE.UU., hay mucho más debajo de la alfombra.
¿Quién mueve los hilos tras bambalinas?
Cubamax venía gestionando sus envíos de dinero a través de Orbit S.A., una empresa que opera como una especie de engranaje del sistema financiero cubano, controlada por GAESA, ese pulpo empresarial vinculado directamente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba.
El problema es que, a finales de enero, Orbit fue sancionada por el gobierno estadounidense y pasó a formar parte de la llamada “Lista Restringida de Cuba” del Departamento de Estado. Esta lista prohíbe cualquier tipo de negocio con entidades que tengan lazos con los sectores militares o de seguridad del régimen cubano.
La intención de estas sanciones, según Washington, es clara: evitar que el dinero que envían los cubanos desde el exilio termine fortaleciendo a quienes oprimen y vigilan al pueblo, en lugar de llegar directamente a las manos que lo necesitan.
Orbit: una empresa discreta, pero con padrinos poderosos
Aunque pocos habían escuchado hablar de Orbit hasta hace unos años, la empresa fue creada en 2020 y comenzó a hacer ruido en 2022, cuando el Banco Central de Cuba le dio luz verde para operar como «institución financiera no bancaria». Esto le permitió encargarse de transferencias internacionales, justo cuando Fincimex S.A. (otra entidad también vinculada a GAESA) fue sacada del juego por sanciones similares.
Orbit aprovechó su momento. Montó su base de operaciones en Miramar, justo al lado de las oficinas de Fincimex, y se alió con la empresa estadounidense Va-Cuba INC., que ya tenía licencia para trabajar con remesas desde EE.UU., cortesía de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC).
Aunque en el papel Orbit aparecía como una entidad independiente, supuestamente bajo la tutela del Ministerio de Comercio e Inversión Extranjera, varias investigaciones —como una publicada por el Miami Herald— destaparon el pastel: la empresa está profundamente entrelazada con CIMEX, que no es más que otro brazo de GAESA.
Una telaraña financiera con centro en el poder
Según documentos obtenidos por periodistas y filtraciones revisadas por medios independientes, CIMEX no solo supervisa las operaciones de Orbit, sino que usa su propia infraestructura para procesar las remesas. Incluso, los reportes mensuales que Orbit elabora terminan en los mismos escritorios donde se sientan los altos ejecutivos de GAESA.
Esto significa que el dinero enviado por los cubanos de Miami a sus familiares en la isla no pasa por canales transparentes ni civiles, sino por una maquinaria financiera controlada por el poder militar cubano.
Y es aquí donde se tranca el dominó. Las sanciones de EE.UU. buscan precisamente romper ese circuito opaco. En medio de este panorama, Cubamax ha tenido que pausar sus envíos mientras se redefine el quién-es-quién del negocio de las remesas en Cuba.
Por ahora, muchas familias en la isla están a la espera, como tantas otras veces, de saber cuándo y cómo podrán volver a recibir ese empujoncito salvador del otro lado del mar.
