El creador de contenido español Juan Dalmau, quien se ha ganado un buen número de seguidores con su canal Viajando con Dalmau, quedó profundamente tocado tras recorrer las entrañas de La Habana más olvidada. Su visita a la capital cubana no fue la típica postal de sol, ron y salsa, sino un encuentro cara a cara con la crudeza de la vida diaria que muchos prefieren no mostrar.
A través de sus redes, Dalmau compartió fragmentos de lo que vio —y lo que sintió— al internarse en barrios donde la pobreza no se disfraza. Allí, entre ruinas, basura y viviendas que parecen sostenerse solo por milagro, conoció a familias que viven literalmente al filo del derrumbe.
“El gobierno no va a mover un dedo por ellos”, lamentó el youtuber, mientras mostraba casas con grietas tan abiertas como la desesperanza, sin agua, sin luz, sin nada, salvo el coraje de sus habitantes.
Un vaso de leche, un lujo impensable
Uno de los momentos que más lo marcó fue cuando intentó conseguir leche en polvo para una niña. Lo único que encontró fue producto a granel, sin etiquetas, sin saber de dónde venía ni qué tan seguro era… y además, a precios imposibles. “No sé qué decir. No sé ni dónde grabar”, soltó en un momento de pura impotencia.
Y es que Dalmau no solo se topó con la escasez de alimentos y medicinas, sino con la sensación de que el tiempo en Cuba se quedó congelado, como si el país caminara con los pies amarrados y sin rumbo claro.
“Aquí no se puede mostrar lo que el régimen no quiere que se vea”, explicó, al referirse a las restricciones que enfrentó para grabar. Para evitar líos con la Seguridad del Estado, filmó con su celular, sin llamar la atención, como quien guarda un secreto que duele.
“Un país con historia… y con heridas abiertas”
A pesar de lo duro que fue el recorrido, Dalmau también se llevó consigo algo que no se compra ni se vende: el espíritu del pueblo cubano. Asegura que, aunque falte casi todo, abundan la dignidad, el ingenio y las ganas de seguir adelante, algo que lo dejó profundamente conmovido.
“Cuba tiene una historia gigantesca y un pueblo que no se rinde. En pleno 2025 siguen atrapados en una realidad callada, invisible para muchos turistas. Pero ellos siguen echando pa’lante como pueden”, expresó con admiración y respeto.
El paso de Juan Dalmau por Cuba no fue solo otro video más en su canal. Fue un testimonio que, desde la sensibilidad y la empatía, pone en el mapa una verdad que muchos prefieren ignorar. Porque más allá de los mojitos y los atardeceres en el Malecón, hay un país que resiste en silencio.
