Desde que el reguetonero cubano Ovidio Crespo, mejor conocido como Ovi, puso un pie en Estados Unidos, no ha dejado de hacer ruido, y no solo con su música. En una entrevista reciente con el popular locutor Enrique Santos, el artista soltó varias verdades sin filtro, tocando temas tan calientes como la inmigración, el racismo disfrazado de seguridad nacional y hasta su cambiante postura frente a Donald Trump.
«Esto no es Cuba, aquí uno se supone que es libre», soltó Ovi, visiblemente molesto por lo que considera un abuso: el hecho de que muchas personas, especialmente inmigrantes, estén siendo detenidas solo por su apariencia o por tener tatuajes. Él, que tiene el cuerpo entero lleno de tinta —incluida la cara—, dejó claro que su imagen forma parte de su arte, no de una vida criminal.
«Yo soy artista, no soy un gánster ni un delincuente. Tengo tatuajes, sí, pero también los tiene Justin Bieber y nadie lo mira raro», comentó, dejando caer una indirecta poderosa a quienes aún asocian tatuaje con crimen. Para Ovi, juzgar por cómo luces es una forma de racismo moderno, sobre todo cuando se habla de comunidades latinas o inmigrantes como la suya.
Del apoyo a Trump… al desencanto
En la conversación también salió a relucir el tema político. Santos no tardó en preguntarle por su posición actual respecto a Trump, y Ovi, sin esquivar el golpe, fue claro: “Lo apoyé al principio porque el país estaba funcionando bien. Pero ahora me duele ver cómo trata a los inmigrantes. Yo también soy inmigrante.”
Con una mezcla de decepción y orgullo por sus raíces, el artista criticó duramente la política de mano dura que ha endurecido la vida para miles de latinos, incluyendo muchos cubanos que, como él, llegaron buscando un futuro mejor.
“Mientras a los inmigrantes los persiguen por cualquier cosa, hay gringos locos por ahí haciendo barbaridades. Y nadie los toca”, expresó. Para él, los inmigrantes son parte vital de la sociedad americana: trabajadores, humildes, gente buena que viene a construir, no a destruir.
Un guiño a Bebeshito… y una indirecta a Ferrante
Ya casi cerrando la entrevista, Ovi también tuvo tiempo para lanzar flores —y alguna espinita— en el mundo de la música urbana. Reconoció que Oniel Bebeshito está rompiendo los esquemas y lo felicitó por llenar estadios y hacer cosas grandes, cosas que, según él, “casi ningún artista está haciendo ahora mismo”.
Pero no todo fue miel. Dejó caer una pullita bien colocada contra el productor Ferrante, con quien parece que no hay ni química ni intención de crearla. “Bebeshito y yo empezamos a trabajar algo, pero Ferrante no lo deja grabar conmigo. A mí ese tipo ni me interesa”, dijo, sin mucho rodeo.
Ovi demuestra que es mucho más que un reguetonero lleno de tatuajes. Es un cubano que no olvida de dónde viene, que alza la voz por los suyos y que, aunque le tire a quien sea, no deja de defender su derecho a expresarse. Porque al final del día, en su mundo, el ritmo y la verdad tienen que ir pegados.