Después de semanas de angustia y especulaciones, una decisión judicial en Estados Unidos ha traído un respiro grande como el Malecón para miles de migrantes cubanos que llegaron al país bajo el programa de parole humanitario. La jueza federal Indira Talwani, desde Boston, puso freno a un intento de la era Trump que buscaba quitarles beneficios esenciales, como el formulario I-94 y el número de Seguro Social.
Sí, como lo estás leyendo: el famoso papelito blanco que muchos guardan como si fuera oro puro no va a desaparecer, al menos por ahora.
El fallo, que cae como agüita fresca en medio del calor migratorio, declaró inválido el intento del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de revocar derechos ya otorgados legalmente. La jueza concluyó que la agencia actuó mal al intentar borrar con el codo lo que había firmado con la mano.
El periodista cubano Mario J. Pentón conversó con el abogado de inmigración Jesús Novo, quien confirmó que los beneficiarios del parole ya están viendo resultados positivos. “Me han escrito varios diciendo que les han devuelto el I-94”, dijo, con tono de alivio.
Y como si fuera poco, la jueza también mandó a arreglar otro disparate: ICE había incluido a personas vivitas y coleando en listas de fallecidos, lo que automáticamente les suspendía el Seguro Social. Una locura total.
“Eso era un abuso, un intento de cortar beneficios que claramente no iba a prosperar”, opinó Novo, quien no se guardó nada y dejó claro que lo que intentaban era pura arbitrariedad.
Este fallo le da un respiro temporal a más de 531 mil migrantes que entraron legalmente a EE.UU. entre enero de 2023 y diciembre de 2024 gracias al programa CHNV (Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela). De ellos, más de 110 mil son cubanos, muchos de los cuales ya se estaban preparando para lo peor.
El intento de quitarles los beneficios había sembrado el miedo y la incertidumbre entre familias que apostaron todo por una entrada legal al país. La idea de perder sus documentos y quedar en el aire, después de tanto sacrificio, no le cabía en la cabeza a nadie.
Eso sí, la novela aún no se ha acabado. El gobierno federal ya apeló la decisión, lo que significa que todavía hay que estar con un ojo abierto y el otro también. Pero, por ahora, hay motivos para sonreír y dar gracias.
En redes sociales, la alegría no se hizo esperar. Mensajes llenos de esperanza y fe comenzaron a inundar los comentarios. “Dios mío, ayuda a los inmigrantes con cita CBP, tú que todo lo puedes. Amén”, escribió una usuaria, con el corazón en la mano.
Otra cubana comentó: “Me alegra mucho la noticia, aunque no tenga familia en esa situación. Sé lo que significa para tantos que han luchado por un futuro mejor”.
Maritza Cuellar, por su parte, se acordó de los que aún siguen esperando justicia: “Dios ayude también a los que tienen el I-220A, para que puedan legalizarse de una vez por todas”.
Aunque este fallo no es la última palabra, sí marca un punto importante en la lucha de miles de cubanos por su estabilidad migratoria en EE.UU. Es una victoria, sí, pero también una advertencia: hay que seguir organizados, atentos y unidos, porque en esta pelea el que se duerme… pierde.