La tranquilidad de una madrugada en Báguanos, Holguín, se rompió en mil pedazos con un crimen que ha dejado a todos con la piel erizada. Manuel Alejandro Prieto fue señalado como el responsable de acabar brutalmente con la vida de Orlandi Cuevas Hernández, en plena calle, tras una fuerte discusión.
Según páginas en redes sociales ligadas al Ministerio del Interior, el hecho ocurrió justo después de una fiesta. El enfrentamiento terminó a machetazos, y lamentablemente, Cuevas no sobrevivió a las heridas.
Capturado con las manos aún calientes
El agresor no llegó muy lejos. Apenas dos horas después del crimen, sobre las cinco de la mañana, la policía lo capturó en la zona conocida como “El Manguito”, cuando intentaba escapar del municipio. Todo indica que buscaba evadir la justicia, pero no le dio tiempo ni a esconderse.
La página oficialista Cazador-Cazado confirmó que el motivo de la pelea tenía raíces personales. “Desde la noche anterior ya venían con roces”, comentaron, y aunque se conocían de hace tiempo, los demonios pudieron más y se impuso el “paisano mató a paisano”.
Vecinos del área aseguraron que ambos tenían comportamientos problemáticos. Pero aún así, nada justifica un desenlace tan violento. Como bien apuntó uno de los perfiles del régimen: “Nadie tiene derecho a quitarle la vida a otro de esta manera, por más diferencias que existan”.
Un crimen que sacude, pero que califican de “aislado”
En su primer comunicado, las autoridades confirmaron la detención del sospechoso, aunque al inicio ocultaron su identidad y rostro. Ya con nombre y foto sobre la mesa, se sabe que Prieto enfrentará cargos por asesinato, y será llevado ante la fiscalía y los tribunales en los próximos días.
Como ya es costumbre, los medios oficialistas se apuraron en calificar el hecho como “un caso aislado”, intentando evitar que se hable del creciente nivel de violencia en Cuba. Pero la realidad, como siempre, se cuela por las rendijas.
Al mismo tiempo, desde los perfiles pro-gobierno se lanzaron dardos contra quienes compartieron fotos de la víctima en redes, tildando esas publicaciones de “antiéticas”. Sin embargo, muchos en la comunidad insisten en que visibilizar estas tragedias es la única manera de exigir respuestas y no seguir tapando el sol con un dedo.