El susto fue grande en la madrugada del domingo en El Vedado, La Habana, cuando un hombre armado nada más y nada menos que con un martillo intentó colarse en una casa mientras sus dueños dormían plácidamente. El hecho ocurrió en la calle 11, entre E y F, y aunque parecía un episodio sacado de una película, fue más que real.
Según contaron vecinos en el grupo de Facebook El Vedado de Hoy, todo pasó el 20 de abril, bien entrada la madrugada. Un residente con buen ojo notó movimientos raros en la casa afectada y, sin perder tiempo, avisó a los que vivían allí, que ni sabían lo que estaba ocurriendo a pocos metros de su cama.
Gracias a ese gesto oportuno, el intento de robo quedó en puro intento. El intruso, al ver que se había armado el avispero, salió huyendo como alma que lleva el diablo, sin lograr llevarse nada. Las autoridades, aunque llegaron después, no pudieron capturarlo en el momento, pero no todo está perdido.
El tipo no contó con que la casa tenía cámaras de seguridad que captaron su imagen con bastante claridad. Así que, con un poco de suerte y algo de acción por parte de la policía, tal vez pronto le pongan nombre y apellido al martillero nocturno.
Los vecinos están en candela. Muchos han alzado la voz por redes sociales pidiendo que la vigilancia nocturna se refuerce, porque sienten que los robos están en alza y la respuesta oficial va demasiado lenta. Y no es paranoia: cada vez más cubanos están optando por poner cámaras de videovigilancia casera como forma de protegerse.
Lo triste del asunto es que la inseguridad sigue creciendo y, mientras la policía no actúe con más eficiencia, serán los propios ciudadanos los que tengan que estar con un ojo abierto por las noches.
En medio de los apagones, la escasez y los problemas diarios, los cubanos también tienen que lidiar con el miedo a ser robados en su propia casa, y eso, en un país donde se dormía con la puerta abierta, ya es otra señal de los tiempos que corren.