Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde… pero también hay una verdad que duele aún más: no sabes cuánto te hace falta Cuba hasta que llevas años sin pisarla. Eso lo vivió en carne propia una mujer cubana que, tras seis años fuera de la isla, rompió en llanto al ver su tierra desde la ventanilla del avión. Y no, no es una escena de película. Es real, es crudo, es puro sentimiento.
El video que lo captó todo fue publicado en TikTok por la usuaria @yitbri21 y no tardó en explotar en las redes. En las imágenes se ve a una pasajera sentada junto a la ventanilla, mirando con los ojos llenos de nostalgia cómo se acerca el momento de aterrizar en su país natal. A medida que el avión baja, ella no puede más y rompe a llorar. Esa mezcla de alegría, dolor, recuerdos y amor por la tierra… no hay palabras que lo expliquen. Pero su llanto lo dijo todo.
Aunque no se sabe exactamente desde dónde venía ni qué vuelo era, eso realmente no importa. Lo que tocó a miles fue ese momento tan íntimo que muchos han vivido en silencio: el de volver a casa después de años, después de dejar atrás a la familia, los amigos, la comida de mamá, el sol distinto de Cuba. Ese instante en el que el corazón se te aprieta porque, aunque estés regresando, sabes que perdiste pedazos en el camino.
Los comentarios del video están llenos de empatía. “Lloré contigo”, “Solo los que hemos vivido eso lo entendemos”, “Qué dolor tan bonito el de regresar”… son algunas de las frases que más se repiten. Y es que si algo une a los cubanos que viven fuera es ese nudo en la garganta que aparece cuando el avión toca pista en la isla.
Este tipo de escenas se están viendo cada vez más en redes sociales. No es solo nostalgia, es una herida abierta que muchos cargan. Cuba no es solo un lugar; es mamá esperando en la sala, es el sonido de los pregoneros, es el calor pegajoso del mediodía, es la vida antes del exilio. Y cuando se regresa, aunque sea de visita, todo eso golpea el alma de golpe.
El video ya tiene miles de vistas y ha sido compartido en otras plataformas. Se ha convertido en un símbolo para todos los cubanos que saben lo que significa volver. Porque sí, para muchos el regreso a casa no es solo un viaje, es una reconciliación con la raíz, un reencuentro con uno mismo, y a veces, como en este caso, un llanto necesario.
