Lo que empezó como un simple video de estudio terminó desatando una tormenta en redes sociales. La protagonista: La Cintumbare, una influencer cubana que ya nos tiene acostumbrados a sus ocurrencias, pero esta vez fue su voz —sin filtros ni autotune— la que encendió la polémica. Sí, como lo lees: se atrevió a cantar a capela y lo subieron a TikTok. El resultado fue… digamos, inolvidable.
En el video, grabado en un estudio de Cuba, se ve a La Cintumbare parada frente al micrófono, soltando toda su energía vocal sin una gota de edición. Nada de pistas, nada de efectos mágicos. Solo su voz cruda, real, como cuando uno canta en la ducha pero con micrófono profesional y gente mirando.
Y como era de esperarse, la cosa se viralizó en cuestión de horas. No tanto por lo buena que quedó la grabación (spoiler: no fue el caso), sino por las reacciones que provocó. En TikTok y otras redes, los comentarios no se hicieron esperar, y muchos fueron… bastante creativos.
Uno de los más populares decía: “Está poseída por el Demonio de la contaminación sonora”. Otro soltó esta joya: “Si yo llego a saber que en los 2000 cualquiera iba a ser artista, no estudiaba nada, me esperaba a este momento”. Y claro, no faltó el clásico: “¿Y eso es música? Qué clase de falta de respeto…”
Más allá de las burlas, el clip puso sobre la mesa un tema que se ha vuelto frecuente: ¿Estamos confundiendo popularidad con talento? Porque sí, La Cintumbare tiene miles de seguidores, se roba las miradas con su estilo único y hace reír a más de uno. Pero cuando el show se apaga y el micrófono se enciende… las cosas cambian.
Este episodio ha revivido el eterno debate en la música urbana cubana: ¿de verdad todos los que están pegados saben cantar? O, mejor dicho, ¿serían lo que son sin las maravillas de la edición digital? Porque una cosa es sonar bien en Spotify y otra muy distinta es ponerse a cantar en crudo y convencer al oído del cubano, que tiene el son metido en los huesos.
Lo cierto es que, amor u odio, La Cintumbare logró lo que muchos quieren: hacerse viral. Al final, quizás de eso se trata hoy en día el juego musical en redes. ¿Talento? Tal vez. ¿Entretenimiento? Sin dudas.