Mario y Sergio, dos youtubers pinareños con más de 83 mil seguidores en su canal, decidieron que ya era hora de moverse a otro nivel—literalmente. Después de andar a pie, en motorinas prestadas y hasta en coches alquilados, se lanzaron a la aventura de conseguir su primer vehículo propio: un triciclo eléctrico chino, de esos que en Cuba ya todo el mundo conoce como “tripilingo”. Y como siempre, lo compartieron con sus seguidores.
¿Y por qué un tripilingo? Pues la respuesta es simple: entre el transporte público colapsado, los precios de los taxis por las nubes y la eterna odisea de moverse por Cuba, esta opción les pareció perfecta. “Con esto no solo nos desplazamos mejor, sino que podemos grabar más y estar más cerca de ustedes”, dijeron en su video. Un carro quizás no, pero este “bicho” tiene techo, rueda y los lleva a donde quieran. ¿Qué más pedir?
Eso sí, el camino para lograrlo no fue fácil. Buscaron por semanas y, como es costumbre en Cuba, se toparon con estafas, precios inflados y vendedores fantasmas. Ya estaban a punto de rendirse cuando apareció un alma bendita que tenía uno guardado y decidió venderlo. ¡Milagro pinareño!
Lo más bonito de esta historia es que no estuvieron solos. Dos de sus seguidores, Maricela y Julio, les enviaron el dinerito necesario para completar la compra: nada menos que 4.500 dólares. En pesos cubanos eso es más de millón y medio, lo que en la calle equivale a años de salario y a media finca en Palma Soriano. Conmovidos, los youtubers agradecieron entre risas y lágrimas. ¡Esa es la comunidad que han creado!
Pero comprarlo fue solo el principio. Luego vino el traslado de La Habana a Pinar del Río, que fue toda una película de suspenso. Tuvieron que alquilar un camión gigante, inventar rampas y rezar para que el tripilingo no se fuera de boca en plena autopista. “Fue un día larguísimo, estábamos en candela”, contaron. Pero al final, llegó sano y salvo.
Ahora, este triciclo eléctrico se ha convertido en parte esencial del canal. Les permite moverse más rápido, cargar sus cámaras, luces y todo lo necesario para seguir documentando la vida real del cubano. Más que un simple vehículo, es una herramienta para contar historias y seguir soñando sobre ruedas.
Y para quienes estén pensando en seguir sus pasos, los muchachos recomiendan investigar bien, evitar estafas y, si se puede, apostar por marcas conocidas. Porque sí, los autos eléctricos chinos pueden ser una solución en Cuba… pero hay que saber bien dónde se mete uno.