Desde el fondo del dolor y la impotencia, Eliannis Ramírez, madre del pequeño Damir Ortiz, alzó la voz este lunes para denunciar lo que considera una de las fallas más graves del sistema de salud cubano: el diagnóstico erróneo que, según ella, le costó la vida a su hijo.
A través de una publicación en Facebook, Eliannis no se guardó nada. Contó con palabras desgarradoras que Damir padecía un sarcoma de Ewing, pero que en los hospitales de la isla le aplicaron quimioterapia como si tuviera leucemia de Burkitt. “Mi hijo tenía un sarcoma de Ewing y tus médicos asesinos le metieron quimioterapia para leucemia de Burkitt por su columna”, escribió, cargada de rabia y desconsuelo.
Un diagnóstico equivocado, tres mielogramas, tres biopsias y ninguna respuesta real. Así fue el calvario que vivió el niño dentro del sistema de salud cubano. Eliannis responsabiliza directamente a ese sistema por lo que define como una negligencia imperdonable. “Me lo mataron”, dijo sin rodeos, dejando claro que Damir fue víctima de un aparato médico roto, incapaz de identificar y tratar a tiempo su enfermedad real.
Aunque ahora ya nada podrá devolverle a su hijo, Eliannis está decidida a que su historia no caiga en el olvido ni quede impune. Su testimonio también habla del sufrimiento de Damir y de lo que fue, según cuenta, un trato deshumanizado por parte del personal médico.
Un secreto que pesaba por razones de justicia
Cuando Damir fue trasladado a Estados Unidos en marzo para recibir tratamiento, su madre optó por mantener en silencio el diagnóstico real. ¿La razón? Proteger el caso y evitar que el régimen cubano tuviera tiempo de armar su defensa si se abría un proceso legal.
Así lo explicó Diasniurka Salcedo, activista clave en la obtención de la visa humanitaria del niño. En una directa de Facebook, aseguró que este no era un caso más: Damir había sido mal diagnosticado en Cuba y eso lo convirtió en símbolo de una realidad que pesa sobre muchos niños cubanos. “En la isla le dijeron que tenía leucemia, pero en Miami los médicos comprobaron que no era así”, explicó.
Salcedo insistió en que este caso podría sentar un precedente para buscar justicia no solo para Damir, sino para tantos otros pequeños que siguen atrapados en el mismo sistema. “No podemos permitir que la dictadura se prepare para mentir. Esto hay que sacarlo a la luz, porque hay muchos niños más que están en la misma situación”, expresó.
La verdad saldrá a su tiempo
El médico Miguel Ángel Ruano Sánchez, quien ha estado vinculado al caso, respaldó la decisión de mantener bajo resguardo el diagnóstico. En sus palabras: “No les voy a dar tiempo para prepararse y así mentir de nuevo. ¡Está en juego la justicia para miles de niños cubanos también!”.
Ruano fue tajante en su mensaje: quien intente conseguir esa información sin autorización, no la obtendrá, y recalcó que las autoridades estadounidenses ya están al tanto del caso y actuando en consecuencia. “Nos vemos en las audiencias en las Cortes. Volverán a la lista internacional de violadores de derechos humanos, porque lo son”, sentenció.
Un adiós lleno de amor, dolor y dignidad
Damir fue velado este domingo en la funeraria Caballero Rivero, en Hialeah, donde la comunidad cubana del exilio se unió para despedir a este guerrero de apenas unos años, que enfrentó con valentía la enfermedad, la incertidumbre y el desamparo.
En uno de los mensajes más conmovedores que ha circulado por redes, Eliannis escribió unas palabras que parten el alma:
“Tú no estás muerto, estás dormidito y esperándome. Tú eres mío por siempre, mi príncipe guerrero… A nadie amo más que a ti. Te amo, te amo tanto, hijo. Cómo me duele esto, Damir. Tú estás dormido, tú eres mi vida y mi impulso, mi sentimiento más sincero eres tú, hijo mío de mi alma”.
Hoy, la historia de Damir no solo duele. También despierta conciencia, exige justicia y deja al descubierto las grietas profundas de un sistema de salud que, lejos de sanar, puede destruir.
