Desde la noche del 18 de abril, un voraz incendio forestal mantiene en vilo a los pobladores de San Juan y Martínez, en Pinar del Río. El fuego, que comenzó en la zona boscosa de La Vigía, ya ha devorado más de 300 hectáreas de pinares y sigue sin dar tregua.
Las autoridades lo han catalogado como el incendio más complejo del año en Cuba hasta la fecha, y no es para menos. El terreno es intrincado, los vientos soplan con furia entre 35 y 45 kilómetros por hora, y la sequía no ayuda en nada, con más de tres meses sin caer una gota de agua en la zona.
Fuerzas del Cuerpo de Guardabosques y de la Empresa Agroforestal Integral de Pinar del Río están en pie de guerra, junto a los grupos temporales del Consejo de Defensa Municipal. Unos 28 efectivos luchan contra las llamas con la ayuda de bulldozers, camiones cisterna, motos y hasta una camioneta. Lo están dando todo, pero el fuego no se deja vencer tan fácil.
Este domingo se analizaban estrategias como el contrafuego y la construcción de trochas cortafuegos con maquinaria pesada para intentar frenar el avance del siniestro. La situación es crítica, y cada minuto cuenta.
Pinar del Río otra vez en la mira del fuego
La tierra pinareña parece no tener descanso. Solo en lo que va de 2025, Cuba ha registrado 201 incendios forestales, de los cuales una docena siguen activos. Y lo más alarmante: nueve de ellos están ardiendo precisamente en esta provincia, que en los últimos años ha sufrido duros golpes medioambientales.
Según la Agencia Cubana de Noticias, el incendio de La Vigía fue clasificado oficialmente como «muy grande» por la Jefatura Nacional del Cuerpo de Guardabosques. El fuego comenzó sobre las 9:30 de la noche del viernes y desde entonces, no ha parado de expandirse.
Los medios locales reportan que también se mantienen activos focos en Mantua, lo que evidencia que el territorio está enfrentando una temporada particularmente dura. Las cifras ya superan las del mismo periodo de 2024, y estamos apenas en abril.
Más de 500 hectáreas arrasadas en lo que va de año
Según reportes recientes de Radio Guamá, ya se han perdido más de 500 hectáreas de bosque en la provincia, en su mayoría de pino. Y lo preocupante es que estamos justo en la etapa más crítica del calendario de incendios, que va de enero a mayo.
Mientras las llamas siguen avanzando y los brigadistas lo dan todo por contenerlas, las autoridades insisten en pedir a la población que extreme precauciones. En tiempos de sequía, un descuido puede encender una tragedia.
Por ahora, lo que queda es esperar, resistir y confiar en que el esfuerzo conjunto logre doblegar al fuego que devora, una vez más, los pulmones verdes de Pinar del Río.