En Cuba ya no se salva ni el que fue maestro. Un hombre, que según fuentes cercanas al Ministerio del Interior (Minint), estafó a cuatro personas en la provincia de Artemisa, terminó tras las rejas luego de andar escondido hasta en los rincones de Matanzas. La cifra de lo robado no es poca cosa: más de dos millones de pesos cubanos.
El sujeto, del que no se ha dicho el nombre —pero cuya cara circuló en redes y provocó más de una ceja levantada— fue arrestado en Colón, Matanzas, tras una intensa operación que contó con el apoyo de la población. El detalle curioso: muchos usuarios aseguran que el hombre fue profesor de Matemáticas en un preuniversitario. Y mira tú, de sumar y restar sabía bastante… pero parece que se fue con la multiplicación del dinero ajeno.
Las estafas ocurrieron en los municipios de Guanajay y Artemisa, aunque hasta ahora no se han revelado los detalles del “cuentecito” con el que logró engañar a las víctimas. Lo que sí se sabe es que ahora enfrentará un proceso penal, y las autoridades están llamando a la gente a denunciar cualquier caso similar, sin miedo ni tapujos.
Estafas por aquí, fraudes por allá…
Cuba está viendo un auge preocupante de los delitos financieros, y las estafas ya no se limitan al cara a cara. Con la expansión del acceso a internet y el uso de plataformas de pago estatales, el terreno digital se ha vuelto un campo minado.
Hoy en día, te pueden sacar dinero con billetes falsos, te venden productos piratas como si fueran de marca o te vacían la cuenta usando solo tu número de teléfono. La suplantación de identidad y el robo de datos personales están a la orden del día, y muchas veces es demasiado tarde cuando la víctima se da cuenta.
Para muestra, un botón: hace apenas una semana en Taguasco, Sancti Spíritus, un ciudadano fue víctima de una estafa digital. Alguien se hizo pasar por él y le volaron 230 mil pesos. Pero en ese caso, la suerte le sonrió: la policía logró atrapar a los implicados en Holguín y el dinero fue devuelto.
El gran problema es la falta de protección digital. Los mecanismos de prevención en la isla están flojos, y eso deja a la gente expuesta a timos cada vez más sofisticados. Mientras tanto, las autoridades siguen lanzando advertencias, pero el mal ya está hecho.
Así que ojo pelado, mi gente. Hoy en día, cualquiera puede ser víctima, y a veces, el estafador ni siquiera viene disfrazado… sino con libreta y tiza bajo el brazo.
