Una vez más, Lis Cuesta encendió las redes, y no precisamente por buenas razones. La esposa de Miguel Díaz-Canel, gobernante de Cuba, quiso felicitar al “amor de su vida” por su cumpleaños 65 con un mensaje meloso que, lejos de enternecer, cayó como una bomba en medio de la crisis que atraviesa la Isla.
“Díaz mío, agradezco en tus 65 abriles cada huella de AMOR que has dejado en mi vida”, escribió Cuesta en su cuenta de X (antes Twitter), acompañando la frase con un pedacito de Ángel para un final, de Silvio Rodríguez —que, según se comenta, es la canción favorita del presidente.
Pero, como era de esperar, la respuesta del pueblo fue otra historia. En un país donde conseguir un cartón de huevos es una odisea y la electricidad viene y va como si fuera lujo, las palabras de Cuesta fueron vistas como una provocación.
«Mientras ustedes gozan del poder, aquí se pasa hambre y necesidad», soltó un internauta con rabia contenida. Otro le recordó aquello de «los humildes para los humildes», cuestionando con sarcasmo la imagen casi aristocrática que proyectan. Y no faltó quien comparó la escena con un cuento de reyes, pero de esos que terminan mal: “Ustedes gordos como cerdos, viviendo como en castillos, pero ya les llegará su hora”.
Uno de los comentarios más fuertes vino de una joven que no se guardó nada: “¿Sabes cuántas mujeres presas hoy en Cuba no pueden ni mandarle un mensajito a sus esposos por gritar libertad? Pero tú, la primera dama del singao, estás aquí suspirando poesía”.
Y como si fuera poco, también se burlaron de la canción escogida. “Si Silvio se entera que usaste su letra para justificar que le tumbaste el marido a otra, se infarta”, escribió alguien con fina ironía.
No es la primera vez que Cuesta intenta adornar sus mensajes con referencias literarias. En el cumpleaños anterior ya había citado a Mario Benedetti, diciendo que su relación con Díaz-Canel era “más que dos”. Pero, como ahora, eso también terminó en burla y memes. Uno de los más comentados decía: “¡Qué pena que los padres del dictador de tu corazón no usaron condón!”
La pareja presidencial parece vivir en su propio mundo, uno donde hay tiempo para fotos cursis, cenas elegantes y versos de amor, mientras el resto del país sobrevive entre apagones, hambre y colas interminables.
Lis Cuesta, que dirige la Agencia Paradiso del Ministerio de Cultura, también ha sido blanco de críticas por respaldar eventos de lujo mientras la mayoría del pueblo no tiene ni con qué hacer un arroz con frijoles. Esa desconexión entre la clase dirigente y la gente de a pie no hace más que agrandar el abismo social que atraviesa la Isla.
El contraste entre las declaraciones románticas de Cuesta y la dura realidad que viven millones de cubanos es cada vez más grotesco. Su publicación, lejos de ser vista como una muestra de amor, terminó siendo un símbolo de todo lo que está mal con el poder en Cuba: exceso, impunidad y cero empatía.
Y mientras ella le escribe a su “amante divino” y le canta al “dictador de su corazón”, el pueblo sigue esperando algo más que frases bonitas y promesas rotas.