Una madrugada cualquiera en Holguín terminó en tragedia cuando una moto y un carretón tirado por un caballo chocaron en plena carretera. El resultado fue doloroso: un joven herido de gravedad y un caballo que murió en el acto. La escena, ocurrida en la entrada de la comunidad de La Pedrona, en el municipio de Mayarí, dejó a todos los vecinos con el corazón encogido.
El accidente ocurrió el viernes, cuando todavía era de noche y la visibilidad no era la mejor. Según el reporte del usuario Proco Verdecia en Facebook, el motociclista, un joven llamado Ernesto y vecino del barrio El Cocal, no tuvo mucha suerte en el choque: se llevó la peor parte.
Ernesto fue atendido inicialmente en el hospital de Mayarí, pero debido a la seriedad de sus heridas, lo trasladaron al Hospital Provincial Vladimir Ilich Lenin en Holguín. Sus familiares y amigos están ahora en vilo, esperando noticias positivas mientras él lucha por recuperarse.
Por suerte, las personas que iban en el carretón salieron casi ilesas, apenas con algún que otro golpe leve, y no necesitaron hospitalización. Pero el caballo que tiraba del vehículo no corrió con la misma suerte: murió de inmediato tras el impacto.
Este tipo de accidentes reabre un debate que parece no tener fin: ¿hasta cuándo van a convivir coches modernos con medios de transporte del siglo pasado sin que se tomen medidas reales para evitar tragedias? Porque sí, en muchos pueblos de Cuba siguen circulando carretones tirados por caballos en plena vía, muchas veces sin luces ni señales visibles.
Un internauta lo resumió con una reflexión sencilla pero muy real: “No me gusta jugar a nadie, lean bien, pero el gran problema de todos estos accidentes es por qué a este tipo de transporte que es el que tenemos no le ponen ni un mechón para iluminar y ahí vienen los problemas”.
Los comentarios en redes se llenaron de mensajes de apoyo para Ernesto, de tristeza por la muerte del caballo, y de indignación por la falta de seguridad vial. Porque, al final, este no es un caso aislado. Es el reflejo de una realidad que viven muchos cubanos en zonas rurales donde los caminos no están preparados ni para motos, ni para caballos, ni para nada.
La investigación del accidente sigue en curso, pero mientras tanto, queda el deseo de que Ernesto se recupere pronto… y que no tengamos que volver a contar historias como esta.