En pleno corazón de Centro Habana, específicamente en el barrio Colón, dos mujeres fueron detenidas por vender “químico”, una droga sintética que está haciendo estragos, sobre todo entre los jóvenes cubanos. La información salió a la luz a través de perfiles afines al oficialismo en redes sociales, donde los vecinos también han alzado la voz.
Según comentó el usuario Frank Enrique en sus redes, fue la propia comunidad quien denunció a las dos mujeres, que ya cargaban con historial delictivo y procedían de Santiago de Cuba y Guantánamo. Las identificaron como arrendadas de forma ilegal en la zona y fueron arrestadas en el conocido parque del Curita, lugar que muchos en La Habana identifican enseguida.
“Que caiga sobre ellas el peso de la ley”, agregó el usuario, reflejando el cansancio de una población que ya no aguanta más el avance silencioso —pero devastador— de esta droga por los barrios de la capital.
Una droga que se riega como pólvora
El llamado “químico” lleva rato causando estragos en toda la Isla, y aunque el gobierno dice estar en pie de guerra contra su venta, lo cierto es que la calle sigue viendo cómo crece su consumo, sobre todo en zonas humildes, donde la desesperanza se mezcla con la falta de opciones.
La gente ha dejado de esperar soluciones desde arriba y ha comenzado a señalar los puntos de venta con nombre y apellidos. En Luyanó, por ejemplo, vecinos pintaron un cartel en plena calle donde se leía: “Aquí se vende químico”. Una forma directa y desesperada de decir: “Esto está pasando y nadie hace nada”.
El barrio ya no se queda callado
En los últimos meses, han ocurrido más detenciones relacionadas con esta droga, que se vende muchas veces en papelitos y a precios bajos, lo que la hace aún más peligrosa. Las autoridades han asegurado que están haciendo operativos con apoyo de la comunidad y el Ministerio del Interior, buscando no solo atrapar a los vendedores, sino también proteger a los jóvenes en riesgo.
Según informó Cubadebate, estos operativos intentan romper redes de distribución y ofrecer alternativas, aunque la percepción popular es que la respuesta sigue llegando tarde.
Padres en vilo y familias rotas
La preocupación es cada vez más grande entre las familias cubanas. El “químico” no solo engaña con su apariencia inofensiva, sino que destruye por dentro, rompiendo hogares y robando futuros. Muchos padres viven con el miedo constante de que sus hijos caigan en ese pozo oscuro del que pocos logran salir.
Y mientras la policía actúa, y los vecinos denuncian, el verdadero desafío sigue siendo frenar una droga que avanza sin freno, que se cuela en los parques, en las esquinas, en la piel de una juventud que no encuentra rumbo.