¿Fresas en Cuba? Sí, leíste bien. Mientras la mayoría se conforma con un café aguado y pan con algo, una influencer cubana ha puesto a medio internet a levantar una ceja tras mostrar que desayuna panqueques con matcha y fresas cultivadas en su propio jardín. Así mismitico como lo oyes.
La protagonista del revuelo es Idelis García, una joven que ha ido ganando terreno en Instagram con sus publicaciones al estilo vida de ensueño, donde muestra rutinas, colaboraciones con marcas extranjeras y un estilo de vida que parece más europeo que caribeño. Tiene más de 40 mil seguidores, pero lo que realmente la hizo viral fue uno de esos videos que desatan el avispero.
“Esto es lo que como en un día viviendo en Cuba”, dice al inicio del clip mientras sirve en su mesa un desayuno de película: panqueques de avena y cacao, un té matcha espumoso y, lo que prendió el bombillo: unas fresas bien rojas y jugosas, sacadas de su propio jardín. ¡Fuego en los comentarios!
La reacción fue inmediata. Muchos cubanos, desde dentro y fuera de la isla, no se tragaron el cuento. “¿Fresas frescas? ¿En Cuba? Mima, ¿tú vives en la Sierra de los Alpes?”, ironizó uno. Otros fueron más duros, soltando que seguro era hija de un ministro o que vivía en la «Cuba premium», esa que muy pocos conocen.
Entre bromas, sarcasmos y unos cuantos “¡qué clase de descaro!”, la cosa se puso caliente. Y aunque no faltaron quienes la defendieron, la gran mayoría pidió algo más de realismo, sobre todo en un país donde cultivar algo tan delicado como una fresa es casi ciencia ficción.
Idelis no se quedó callada. Respondió con calma en los comentarios que sí, que las fresas en Cuba existen desde hace décadas, pero necesitan microclimas específicos y que ella, viviendo en el campo, ha podido cultivarlas con esfuerzo y cuidados. “No es magia, es trabajo y saber sembrar”, dijo en esencia.
Ahora, ojo, que no miente del todo. En lugares como Ciego de Ávila o zonas montañosas de Matanzas, sí se han cultivado fresas, pero siempre bajo condiciones muy puntuales. El problema es que el cubano de a pie no tiene acceso fácil ni a la fruta ni a los recursos para producirla en casa. Por eso, ver a alguien desayunando con fresitas recién cortadas, en plena crisis económica y alimentaria, suena más a cuento que a realidad para muchos.
Al final, el video dejó claro algo: la desconexión entre algunas burbujas digitales y la vida real que se vive en Cuba es cada vez más evidente. Porque mientras unos desayunan fresas y matcha, otros apenas logran poner algo en el plato.
Y sí, quizás las fresas sí crecen en algunos rinconcitos del país, pero para la mayoría de los cubanos siguen siendo un lujo más que un fruto del jardín.