Las redes sociales, que no dejan pasar ni una, volvieron a encender la chispa en Villa Clara. Esta vez, el revuelo se armó por una denuncia de presunto maltrato a un paciente del Hospital Psiquiátrico Provincial, que fue rápidamente desmentida por las autoridades de salud del territorio.
Todo comenzó con una publicación en Facebook del usuario Henry Omar Pérez, que se hizo viral y levantó olas dentro y fuera del país. En respuesta, la Dirección Provincial de Salud sacó su propio comunicado oficial aclarando que, tras investigar el caso, no se encontraron evidencias de agresión contra Yunior Rubio, el paciente mencionado.
¿Y qué pasó con Yunior?
Según explicaron las autoridades, Yunior recibió el alta médica hace más de un año, pero todavía está internado por decisión de su familia. Su madre, al parecer, no se siente en condiciones de cuidarlo en casa, aunque se asegura que él no ha mostrado comportamientos violentos durante su estancia en el hospital.
La denuncia fue impulsada por una hermana del paciente que vive en España, y que, según el comunicado oficial, mantiene “una postura contrarrevolucionaria”. La madre, Norma Pérez Vázquez, alegó que su hijo, quien además es portador de VIH, fue agredido físicamente por un trabajador del hospital. Pero según Salud Pública, el único incidente documentado ocurrió hace más de cinco meses, en medio de una pelea entre pacientes. Todo fue atendido a tiempo, se informó a la familia, y quedó constancia de que la madre estaba de acuerdo con cómo se manejó la situación.
Un video que lo cambió todo
La polémica se calentó justo después de que se divulgara un video fuertecito, donde se ve a un trabajador del mismo hospital golpeando repetidamente a un paciente que, al parecer, estaba en crisis. Este nuevo caso sí fue confirmado por las autoridades y ha provocado reacciones de todo tipo.
Juan José Pulido López, director de Salud en Villa Clara, no se escondió: reconoció públicamente que la agresión ocurrió hace unas cinco semanas y que ya se tomó acción. El implicado, identificado por las siglas H.B.C., había sido contratado en julio del año pasado como asistente de urgencias. El trabajador admitió haber cometido el acto y fue separado definitivamente del hospital. Además, su caso fue trasladado a las instancias judiciales para que se valore si enfrenta consecuencias penales.
Una condena doble
En el mismo comunicado, las autoridades sanitarias no solo condenaron la agresión, sino también la actitud de la persona que grabó el video sin intervenir ni reportar lo ocurrido de inmediato. Según dijeron, esa falta de acción refleja una preocupante ausencia de humanidad.
“El sufrimiento causado nos duele, y nuestra solidaridad está con la víctima y su familia”, expresaron. También reafirmaron que van a seguir trabajando duro para que situaciones así no se repitan jamás, y que el compromiso con una atención digna, respetuosa y humana sigue firme como el Morro.