Primero fueron las tarjetas en MLC, después las llamadas “clásicas” y ahora viene la “Tropical”. ¿Qué tienen todas en común? Que son inventos del sistema bancario cubano para meterle mano, de forma elegante, al dinerito fresco que anda rodando en dólares. Porque aquí no se da puntada sin hilo: cada tarjeta es otra estrategia para captar divisas en medio del ahogo económico.
Cuando arrancaron con las tarjetas en MLC, vendieron el cuento como una alternativa moderna para comprar en tiendas nuevas y abastecidas, esas que, curiosamente, solo aceptaban moneda extranjera. Era el comienzo de una dolarización solapada, disfrazada de eficiencia, que dejó al cubano de a pie rascándose la cabeza porque su sueldo en CUP no servía pa’ mucho en esos estantes llenos.
Después llegaron las tarjetas “clásicas” con fondos en USD, que no eran más que otro canal para lo mismo: obligarte a meter tus dólares en el sistema bancario. Ya no bastaba con depositar en una cuenta MLC, ahora la idea era convertirte en cliente fijo, atrapado en una estructura bancaria donde el billete verde entraba, pero salir… eso ya era otro cantar.
Y ahora aparece la Tarjeta Tropical, con un nombre tan sabrosón como su objetivo: seguir pescando dólares donde sea que estén. La presentan como una opción ligera, sin identificación, fácil de usar y sin comisiones. Pero debajo de ese barniz tropical hay algo clarísimo: otra vía para controlar la circulación de divisas dentro de la isla.
La Tropical… como la cerveza para embriagarte
Esta tarjeta no es nueva en el juego. Funciona en USD y se puede comprar en cualquier oficina de Bandec o CADECA, con un costo de 5 USD.
Uno de los puntos fuertes es que solo el dueño puede usarla gracias a su PIN. Además, se enlaza directo con Transfermóvil, lo que te permite revisar el saldo o pagar en segundos usando un simple código QR.
¿Y en qué se puede usar? Pues prácticamente en todos lados. Sirve en tiendas que venden en USD y también en CUP, tanto minoristas como mayoristas. Y si necesitas efectivo, puedes sacar pesos cubanos en los cajeros o en los POS sin costos extras por la operación.
Otra ventaja es que puede recargarse con dólares en efectivo o desde el extranjero, lo que la hace ideal tanto para residentes como para quienes reciben ayuda desde fuera. Al no estar personalizada, no tienes que enseñar el carnet cada vez que pagas.
Con la Tarjeta Tropical puedes hacer transferencias no solo entre tarjetas del mismo tipo, sino también a otras en MLC (como las 9225 y 9235) y hasta a tarjetas en CUP, usando el tipo de cambio vigente.
Otra cosa es que no tiene tope de recarga y dura cinco años. Sirve tanto para cubanos como para extranjeros y cuentapropistas. Y si estás pensando en irte del país, puedes recuperar hasta 100 USD del saldo no usado, siempre que presentes tu pase de abordar.