La vida a veces golpea tan fuerte que deja sin aliento. Esta vez, el dolor tiene nombre y apellido: May Lago Pérez, una joven bailarina cubana, originaria de Bayamo, Granma, que perdió la vida en un trágico accidente de tránsito en Austin, Texas, donde residía. La noticia ha estremecido a la comunidad cubana, dentro y fuera de la isla, y su familia está atravesando un momento devastador.
Aún no se han revelado los detalles del accidente, pero el vacío que ha dejado su partida es inmenso. May no era solo una bailarina; era hija, hermana, amiga y una artista que llevó su talento desde los escenarios cubanos hasta tierras extranjeras. Ahora, sus seres queridos enfrentan un reto inmenso: repatriar su cuerpo a Cuba para poder despedirse como ella merece.
A través de las redes sociales, amigos y familiares han iniciado una campaña de recaudación de fondos para lograr traerla de vuelta a casa. La petición, simple pero desgarradora, toca el corazón: “Por favor, pónganse la mano en el corazón. Hay una madre sufriendo porque no puede tener el cuerpo de su hija para verla por última vez y darle la sepultura que merece”, escribió Beba Salazar Reyes, amiga cercana de la familia.
En su publicación, Beba compartió el contacto de la hermana de May, quien está liderando el proceso desde Estados Unidos: +1 254 229 9093. También explicó que se pueden hacer donaciones a través de Zelle a nombre de Tahimi Fonseca Pérez. Cualquier ayuda, por pequeña que parezca, puede hacer una gran diferencia.
El dolor también ha llegado a Cuba. Julio César Chacón, director de la Compañía Cabaret & Dance Cuba —a la que May perteneció— expresó su tristeza en redes sociales: “Nuestra Maiyendri… EPD para nuestra niña mimada. La compañía está de luto para siempre. Nuestras condolencias a toda su familia, en especial a su mamá y esposo”.
En otra publicación, Chacón hizo un llamado especial a los exintegrantes de la compañía que hoy viven en EE.UU. para que se sumen a la causa: “Aporten un pedacito de su corazón para repatriar a nuestra bailarina May Lago Pérez”.
Las muestras de cariño no han parado. Decenas de personas han dejado mensajes de apoyo, recuerdos y lágrimas virtuales en su memoria. Es evidente que May no pasó desapercibida: su energía, su arte y su luz marcaron a todos los que la conocieron.
Historias como la de May nos recuerdan cuán frágil puede ser la vida, y lo necesario que es la solidaridad cuando una familia necesita consuelo, pero sobre todo, justicia emocional para cerrar un capítulo con el amor que merece.