La cantante cubana Amanda Sanz está más feliz que nunca y no lo esconde. Con su estilo desinhibido y chispa natural, compartió con sus seguidores la experiencia de su reciente cirugía estética en Miami, y lo hizo con todo el humor y la autenticidad que la caracterizan. Amanda no solo mostró su entusiasmo, sino que convirtió algo tan personal en un momento divertido y empoderador.
Todo comenzó con un video donde narra cómo fue el gran día, desde que se levantó hasta que salió del quirófano. Y como buena cubana, no faltaron los cuentos. “Ustedes saben que lo mío es dormir hasta las 12 del día. No grabé nada cuando me levanté porque fui atrasando la alarma y tuve que salir corriendo”, dijo entre risas. Ya desde ahí uno sabía que esto no iba a ser un testimonio común.
Cuando llegó a la clínica, los nervios estaban a flor de piel. “Entré con nervios que me moría”, confesó mientras mostraba parte del proceso antes de entrar al quirófano. Amanda se sometió a una lipoescultura 360 y un aumento de senos, una transformación que ella misma definió como “un antes y un después”.
Y aunque aún no ha revelado los resultados finales, su entusiasmo es contagioso. “Ahí fue cuando me desperté despelucada pero con tremenda cuerpa. Mírenme con mi boquita de pato”, bromeó con ese toque que la hace tan cercana. Se nota que se siente bien consigo misma, y eso traspasa la pantalla.
Con una sonrisa en la cara, Amanda dejó claro que está ansiosa por mostrar su nueva figura. “Estoy loca por exhibir esta cuerpa, pero hay que esperar”, dijo con picardía. Además, aprovechó para agradecer al equipo médico que la atendió y aseguró estar feliz con los primeros resultados que ha visto en el espejo.
Más allá de lo estético, lo que transmite Amanda es una gran confianza y amor propio. Su manera de hablar sobre el tema, sin tabúes ni dramas, ha hecho que muchas mujeres se sientan identificadas. Para ella, esta cirugía no es solo un cambio físico, sino una etapa de transformación emocional, un regalo para sí misma, una forma de decir: “¡yo también me merezco sentirme bien y verme como quiero!”.
Su testimonio está resonando fuerte, sobre todo entre quienes están pensando en hacerse algún retoque pero no se atreven. Amanda demuestra que se puede hablar del tema con naturalidad, sin miedo al qué dirán, y hasta con una sonrisa de oreja a oreja.
