En las calles agitadas de La Habana, donde cada esquina tiene su historia, una familia vive el drama de no saber qué fue de su ser querido. Doraiky Águila Vázquez, una mujer de 48 años con un corazón noble y una memoria frágil, desapareció hace ya más de un mes, y desde entonces, la incertidumbre es lo único que los acompaña.
Salió de su casa en Pocitos #939, entre 18 y 19, en el popular barrio de Lawton, el pasado 15 de marzo. Desde ese día, ni rastro de ella. Como si se la hubiese tragado la tierra, cuentan sus familiares, quienes no han parado de mover cielo y tierra para encontrarla.
“No saber si comió, si durmió, si está bien… eso te rompe por dentro”, confesó con la voz entrecortada Gustavo Ferrer, uno de sus familiares más cercanos. En redes sociales, sus palabras han tocado fibras, despertando solidaridad y dolor entre quienes se sienten identificados con esta tragedia tan cubana.
Doraiky, quien sufre de demencia, no es una amenaza para nadie. No es violenta ni agresiva, solo alguien que necesita cuidados y cariño. Ese día vestía un traje amarillo con flores rojas en la parte de abajo, bien ancho y suelto, como suelen gustarle, y calzaba unas sandalias negras con una franja roja en el centro. El cabello canoso y su andar tranquilo la hacen inconfundible para quienes la conocen.
El drama de Doraiky no es un caso aislado. En un país donde la falta de medicamentos aprieta y los recursos para atender a personas con enfermedades mentales son casi inexistentes, estos desaparecidos silenciosos se han vuelto parte de una triste rutina. Muchos de ellos han sido hallados días después, vagando sin rumbo por alguna calle, con la mirada perdida y los recuerdos rotos.
Pero cuando la desaparecida es una mujer, el miedo se multiplica. Cuba vive tiempos complicados en materia de seguridad para las mujeres, con un repunte alarmante de feminicidios en los últimos años. Y mientras el Estado evita reconocer oficialmente ese tipo de crímenes, las familias tienen que vivir con el temor de que la historia de su ser querido termine en tragedia.
Si alguien la ha visto o tiene información, la familia suplica que se comuniquen a cualquiera de los siguientes teléfonos: 76039226, 50255751, 56949667, 59696001 o 54236523. Cualquier detalle, por mínimo que parezca, puede marcar la diferencia.