Lo que debía ser una mañana tranquila en la escuela primaria Chadwell, en Madison, Tennessee, se convirtió en escena de horror y conmoción cuando fue hallado el cuerpo sin vida de Niurka Alfonso-Acevedo, una mujer cubana de 52 años, víctima de un brutal apuñalamiento.
La Policía Metropolitana de Nashville confirmó que el principal sospechoso del crimen es Candido Raúl Rubio-Pérez, exesposo de la víctima, quien presuntamente la esperaba en el parqueo del centro escolar durante las primeras horas del lunes para consumar el ataque.
Según las autoridades, el asesinato ocurrió poco antes de las 6 a.m., justo cuando un miembro del personal escolar llegó al plantel y encontró a Niurka tendida en el suelo del estacionamiento. Afortunadamente, ningún estudiante presenció el crimen, ya que la tragedia ocurrió antes del inicio de la jornada escolar.
Niurka, quien trabajaba como conserje en la escuela desde el otoño pasado, era una trabajadora querida por la comunidad educativa. Su pérdida ha dejado un vacío profundo y una ola de indignación entre quienes la conocieron.
La policía ha emitido una orden de captura por homicidio criminal contra Rubio-Pérez, de 54 años, quien actualmente permanece prófugo. La búsqueda se intensifica, y se solicita la ayuda del público para dar con su paradero. Cualquier persona con información puede comunicarse con Crime Stoppers al 615-742-7463. Las denuncias pueden hacerse de forma anónima, y hay una recompensa de hasta 5 mil dólares por datos que ayuden a resolver casos de homicidio.
Un crimen pasional, dicen algunos. Pero más allá del término, se trata de una nueva víctima de la violencia doméstica, una que ocurre incluso en espacios que deberían ser seguros, como una escuela. Niurka no solo fue asesinada: fue silenciada en un lugar donde ella aportaba con su trabajo diario, con su esfuerzo callado, con su vida misma.
Mientras la comunidad de Chadwell llora esta pérdida y exige justicia, la ciudad de Nashville se suma a la lista de lugares donde la violencia de género deja una herida imborrable. Un nombre más, una historia menos, si no hacemos algo.