Una noticia trágica sacudió la tranquilidad del East Coast de Demerara, en Guyana, este domingo por la mañana. Un cubano de 54 años, identificado como José Aurelio Ramírez, fue encontrado sin vida tras haber sufrido múltiples puñaladas en plena vía pública, en la zona de Melanie Market Street.
Según la información oficial, Ramírez residía en ese mismo vecindario, por lo que el suceso ha dejado consternados a quienes lo conocían. La escena fue descubierta de forma casi accidental por una patrulla policial que pasaba por el lugar y se percató de una ambulancia detenida al borde de la carretera. Al acercarse para ver qué ocurría, los agentes encontraron al cubano dentro del vehículo siendo atendido por paramédicos.
Lamentablemente, las heridas eran tan graves que fue declarado muerto en el sitio. Presentaba cortes profundos y múltiples lesiones en el pecho, el costado y el rostro.
Junto a él viajaba una mujer, también cubana, que no presentaba signos de violencia. La Policía la interrogó en calidad de testigo, y según los informes preliminares, ella está colaborando con las investigaciones.
Aunque los detalles del caso siguen saliendo a la luz, las autoridades manejan la hipótesis de que se trató de un robo que terminó en asesinato. Poco después del hallazgo, un sospechoso fue arrestado y permanece bajo custodia policial.
Pero la historia no termina ahí. La Policía guyanesa lanzó un boletín oficial para localizar a otro sospechoso clave: Tyrese Blair, un joven de solo 18 años oriundo de Buxton, también en el East Coast. Blair es señalado como persona de interés en el homicidio de Ramírez, ocurrido el 13 de abril.
Las autoridades detallaron que su última dirección conocida es el número 44 de Middle Walk, en Buxton, y están solicitando la ayuda de la población para dar con su paradero. Si alguien lo ha visto o tiene información sobre dónde se encuentra, puede comunicarse directamente con la Policía a través de varios números habilitados o acudir a la estación más cercana.
Mientras tanto, la comunidad cubana en Guyana sigue en vilo, esperando que se haga justicia por este crimen que ha dejado muchas preguntas sin respuestas. José Aurelio Ramírez, un compatriota más que buscaba un futuro mejor fuera de la Isla, fue víctima de una violencia que parece no tener fronteras.