En medio de la dura crisis que golpea al sistema de salud cubano, el régimen volvió a sacar pecho con su vieja carta: la “potencia médica”. Esta vez, lo hizo anunciando un tratamiento quirúrgico de lujo para el Parkinson, descrito como “único en el mundo”… pero con un precio que deja fuera de juego a cualquier cubano de a pie.
La técnica, bautizada como subtalamotomía dorsolateral selectiva, fue promocionada a bombo y platillo por la Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos, justo el 11 de abril, Día Mundial del Parkinson. Según sus promotores, se trata de una opción “exclusiva y revolucionaria” que solo se realiza en Cuba.
Un lujo que casi nadie puede pagar
Este procedimiento quirúrgico se lleva a cabo en el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) y está dividido en dos etapas bien marcadas. Primero, una semana entera de evaluación médica intensiva que cuesta más de 3,600 dólares. Luego, la cirugía en sí, que puede elevar la cuenta hasta los 20 mil USD… sin contar que el acompañante del paciente tiene que pagar 43 dólares diarios por alojamiento y comida.
En total, estamos hablando de más de 25 mil dólares. Y eso, en un país donde el salario promedio mensual ni siquiera roza los 20 USD. O sea, un tratamiento supuestamente cubano, pero al alcance de nadie en Cuba.
Entre bisturís de lujo y hospitales en ruinas
Mientras se celebra esta “maravilla médica”, los hospitales del país siguen desangrándose. Faltan jeringas, analgésicos, guantes, sueros, y muchas veces hasta los medicamentos más básicos. Las familias tienen que salir corriendo a buscar hasta una venda o llevarle comida al enfermo ingresado porque en muchos centros ni eso hay.
Pero claro, cuando se trata de turismo médico y atraer dólares del extranjero, aparecen los quirófanos modernos, los especialistas bien entrenados y los materiales de primer mundo. Porque el régimen sí invierte, pero no para su gente.
La medicina como vitrina comercial
El gobierno vende esta cirugía como algo “exclusivo” y “único en el mundo”, parte de esos avances quirúrgicos que usan como trofeo internacional. Pero la realidad es otra: estos tratamientos están reservados para extranjeros con billete o para quienes están bien conectados con el poder.
Mientras tanto, los cubanos de a pie siguen esperando por una consulta, una ambulancia, o un antibiótico que nunca aparece. La llamada “potencia médica” se ha vuelto un espejismo, un cuento que solo sirve para exportar imagen y generar ingresos, no para aliviar el sufrimiento real de los millones que viven en la isla.
Porque sí, en Cuba se hacen milagros médicos… pero solo si vienes con dólares en la mano.
