Una historia que parece sacada de un cuento de valores fue la que protagonizaron dos cadetes del Instituto Técnico Militar (ITM) en La Habana, quienes encontraron una mochila cargada de dinero y decidieron devolverla sin dudarlo. El suceso ocurrió en el municipio de Playa, y fue difundido por el vocero oficialista Frank Enrique a través de Facebook, como quien dice: miren qué linda la juventud uniformada.
Según el relato, Alejandro Cantillo Pérez y Yoerlandy Camero Baños caminaban por la intersección de la calle 110 y la 5ta Avenida cuando notaron una mochila abandonada. Al revisar su interior, se llevaron tremenda sorpresa: más de 5 mil euros, más de 3 mil dólares, unos 4 mil pesos cubanos, un móvil y un carné de identidad.
Al ver que la dirección del carné estaba cerca, los jóvenes intentaron entregar la mochila directamente, pero al llegar, encontraron la casa cerrada y en plena obra. Entonces optaron por hacer lo correcto según el manual: llevar todo a la estación de policía más cercana y dejar constancia del hallazgo.
En ese momento apareció en escena un ciudadano cubano residente en República Dominicana, que había ido a reportar la pérdida de los documentos sin imaginar que la mochila, con todo el billete dentro, ya estaba segura en manos de la policía. Cuando se enteró de lo sucedido, no tuvo más que agradecer y acompañó personalmente a los cadetes de regreso a su escuela como muestra de gratitud.
¿Acto noble o propaganda bien calculada?
El oficialismo no perdió tiempo en inflar la historia, presentándola como prueba viva del “compromiso ético y patriótico” de sus jóvenes cadetes. Una narrativa que contrasta brutalmente con otras realidades que se viven hoy en la isla: represión en las calles, golpizas a manifestantes y una Seguridad del Estado (SE) que actúa con puño de hierro.
Este tipo de publicaciones son parte de una estrategia del régimen que, en los últimos meses, ha intentado mostrar un rostro más amable de sus cuerpos represivos. Todo parece apuntar a una operación de maquillaje político para lavar la imagen del MININT y la Seguridad del Estado, instituciones muy criticadas por su rol en la represión de activistas, artistas y ciudadanos comunes.
El mismísimo coronel José Marco Rubinos dijo en un acto oficial que en Cuba no hay contrarrevolución, sino enemigos financiados desde afuera. Según él, los agentes están preparados para enfrentar al “enemigo principal”: los Estados Unidos. Y para rematar, Díaz-Canel salió en su podcast asegurando que la Seguridad del Estado es “respetada y envidiada a nivel mundial”.
¿Y la juventud? Bien, gracias, en un festival del MININT
Como parte de esta ofensiva propagandística, el Ministerio del Interior organizó un festival vocacional en una escuela de La Habana para promover entre los estudiantes la idea de que trabajar en la SE es una opción profesional con valores. Incluso circularon imágenes de agentes jugando fútbol, en una movida que más bien pareció un intento desesperado de mostrar humanidad… aunque la mayoría no se la compró.
Entonces, sí: devolver una mochila repleta de billetes habla bien de esos dos cadetes. Pero también sirve de excusa para vendernos una versión romántica de instituciones que en la práctica tienen otro historial. Porque en Cuba, el uniforme no siempre representa honestidad, y el que devuelve una cartera hoy… bien puede ser el que reprime una protesta mañana.