En medio del tembleque económico que tiene a Cuba entera en jaque, el gigante estatal de las telecomunicaciones, ETECSA, acaba de reconocer algo que ya el pueblo viene sufriendo en carne propia: no hay plata para seguir invirtiendo en tecnología.
Así lo soltó sin anestesia Kevin Castro Rodríguez, uno de los peces gordos de la empresa, en una entrevista con Cubavisión Internacional. El funcionario no dio vueltas: “Se nos cayó la entrada de divisas y, con eso, se nos fue abajo el plan de inversiones que teníamos montado hasta 2022”.
Y claro, lo que eso significa para el cubano de a pie es bastante sencillo: internet lento, llamadas que no entran y una red que parece más una carreta que una autopista digital.
Entre apagones digitales y robos callejeros
Castro intentó explicar que las fallas no se deben solo a la falta de billete. Mencionó otros ingredientes del cóctel explosivo: más usuarios consumiendo datos como locos, antenas ilegales que meten ruido en la señal y una ola de actos vandálicos que ha dejado a la infraestructura hecha leña.
Solo en La Habana —donde hay más líneas que panes—, se han reportado 47 atentados serios contra la red en 2024 y ya van 10 más en lo que va de 2025. Lo mismo te tumban un poste, te queman una caja, que te cortan la fibra óptica. Y según ETECSA, en algunos casos, con tintes “contrarrevolucionarios”.
Un solo corte en Camagüey, por ejemplo, dejó pérdidas millonarias en pesos cubanos y hasta afectó servicios en el aeropuerto. “Esto no es juego, nos cuesta caro y pone en peligro la seguridad del país”, dijo el directivo.
Una red que no da más
Pero más allá de las excusas, lo que se cae de la mata es que el modelo de negocio de ETECSA está patas arriba. Las recargas desde el extranjero ya no son lo que eran, los servicios en MLC se han desplomado y los ingresos en divisas apenas cubren el 10% del total. Con ese panorama, la empresa anda más en modo remiendo que en desarrollo.
Pedro Luis Lozada, otro directivo, confesó que las inversiones planificadas para este año fueron congeladas para dedicarse a apagar incendios. Literalmente. Así que olvídense de modernización: ahora es “arregla lo que hay y reza pa’ que aguante”.
Y mientras tanto, la gente sigue batallando con Transfermóvil que se cuelga, con datos que no cargan ni el clima, y llamadas que se van a negro.
Más caro, menos servicio: lo que viene no pinta bien
Como si fuera poco, el primer ministro Manuel Marrero ya advirtió que los precios del internet subirán en 2025, junto con nuevos paquetes en divisa. O sea, menos calidad, pero más caro. Clásico.
Tania Velázquez, presidenta de ETECSA, explicó que sin esos ingresos en divisas, no hay forma de pagar la conectividad internacional. Y si no se paga… bueno, el país se puede quedar en modo avión.
“Esto no es solo comprar tecnología, es pagar lo que usamos para conectarnos al mundo. Y si no lo hacemos, caemos en deuda o nos cortan”, dijo.
También señaló que los fraudes en plataformas y el desfase del tipo de cambio 1×24 los tienen contra la pared. O sea, el barco hace agua por todos lados, y nadie parece tener un cubo a mano para achicar.
¿La isla más desconectada del Caribe?
En resumen, ETECSA se tambalea, y con ella, el acceso a internet en un país donde cada vez más personas dependen de estar online para trabajar, comunicarse o simplemente escapar un rato de la realidad.
Sin inversiones, con tarifas al alza y una infraestructura que apenas resiste, la conectividad en Cuba se está apagando poco a poco, como una vela en la madrugada.
Y si no cambia el rumbo, vamos camino a convertirnos en la isla más offline del Caribe. Porque en Cuba, estar desconectado ya no es una opción… es el nuevo normal.
