Un cubano terminó con un pie en el bote y otro en la prisión tras intentar entrar a Estados Unidos desde Bahamas con casi una treintena de personas a bordo. El protagonista de esta historia es Rafael Rodríguez Hernández, un hombre de 35 años que ahora pasará 18 meses tras las rejas, seguidos por tres años bajo supervisión federal, luego de declararse culpable de tráfico de personas.
El caso, que fue dado a conocer por el Departamento de Justicia, ocurrió el 29 de septiembre de 2024, cuando agentes del Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) lo sorprendieron piloteando una embarcación cargada con 27 migrantes ilegales, rumbo a las costas estadounidenses. Rodríguez era el único en regla; el resto, según el informe, no tenía permiso para entrar al país.
Cinco de los pasajeros, ciudadanos ecuatorianos, ya habían sido deportados anteriormente, lo que agravó aún más la situación. A estos, junto al cubano, los trasladaron a tierra para enfrentar cargos penales. El resto fue devuelto a Bahamas por la Guardia Costera de EE.UU.
En enero de este año, Rodríguez Hernández no se hizo el duro: se declaró culpable ante el tribunal, aceptando su participación en la operación ilegal. La investigación fue llevada a cabo por la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), en colaboración con CBP y la Guardia Costera del Séptimo Distrito. El caso fue presentado por el fiscal especial Tanner Stiehl.
Este tipo de sentencia no es un hecho aislado. En los últimos meses, el gobierno estadounidense ha redoblado esfuerzos para frenar el tráfico de migrantes, sobre todo por rutas marítimas, que se han vuelto más peligrosas y comunes, en especial para quienes vienen desde el Caribe o Centroamérica.
Y lo más alarmante es que el número de cubanos involucrados en estas redes va en aumento. Hace poco, otra cubana, Yaquelín Domínguez Nieves, fue condenada a siete años y medio de prisión por un caso mucho más trágico: una travesía fallida que terminó con la muerte de 16 migrantes cubanos en noviembre de 2022.
Además, el pasado 4 de marzo, Yordany Capote León fue sentenciado a más de tres años de cárcel por delitos similares, mientras que otro implicado, Yuniel Cabrera Piloto, espera sentencia en mayo y enfrenta hasta 10 años tras las rejas y una multa que podría dejarle los bolsillos vacíos: hasta 250 mil dólares.
Y si creías que la cosa no podía ponerse peor, Humberto Yosvany Arriola Rivero, también cubano, fue condenado a casi una década en prisión por conspiración para traficar personas y agresión sexual contra una migrante en una casa de seguridad en El Paso, Texas.