Con una mezcla de ternura, fuerza y sinceridad sin filtro, la cantante cubana Musteerifa volvió a tocar la fibra de sus seguidores, esta vez con una entrevista que se hizo viral en redes y dejó a muchos con el corazón apretado.
Detrás del personaje que conquista el escenario urbano está Yaira Mustelier Laime, una mujer auténtica, de esas que no se andan con vueltas. Esta vez, decidió bajarse del ritmo acelerado del reguetón para hablar de algo mucho más profundo: su identidad, su maternidad y el amor sin etiquetas.
“Yo me siento como un hombre, pero para mi hija soy su mamá”, soltó con esa tranquilidad de quien ya ha peleado sus propias batallas y ha aprendido a caminar con la frente en alto. Así, sin complicaciones ni máscaras, mostró que el amor verdadero no necesita explicaciones.
Una madre con el corazón por delante
Para Musteerifa, su hija es el centro del universo. Cada palabra que soltó en la entrevista dejó claro que más allá del personaje público, ella es, ante todo, una madre entregada. “Mi hija no tiene que saber lo que yo hago con mi pareja. Ella me dice mamá, o como le nazca. Yo soy su mamá, y punto”, afirmó con firmeza.
Su mayor deseo no es la fama ni los premios, sino que su pequeña crezca rodeada de amor y seguridad, algo que ella no tuvo. “Quiero que tenga todo, que se sienta bien siempre. Es lo mejor que tengo”, dijo entre emociones, dejando ver el alma detrás del micrófono.
Una confesión que dio de qué hablar
Una de las frases que más retumbó fue cuando soltó: “Me encantaría que le gusten los hombres, que no sea como yo, porque este mundo es un poco difícil”. No fue juicio ni rechazo, fue una confesión desde el deseo de protegerla, sabiendo muy bien cuántas piedras hay en el camino cuando se vive diferente.
Y el pueblo, como siempre, respondió. Las redes se llenaron de mensajes que la abrazaban virtualmente. “Se me aguaron los ojos escuchándola”, escribió uno. “Eres auténtica, y eso te hace más hermosa”, comentó otro. También se sumaron otras madres, personas de la comunidad LGBTIQ+ y vecinos que no dudaron en contar cuánto admiran su valentía.
Incluso Yomil le tiró flores: “¡Qué dura, asere! Mucha madurez y sentimiento en tus palabras. Si siempre aplicas eso que dices, la vida te va a sorprender. Bendiciones pa’ ti”.
En tiempos donde todo se mide por apariencias, Musteerifa demuestra que lo verdadero sigue teniendo fuerza. Que ser madre va más allá del género, y que ser uno mismo, en una sociedad que aún señala, es un acto de amor y coraje.
Desde su esquina, sin miedo a mostrarse tal cual es, ella sigue rompiendo esquemas y conquistando corazones. Y lo hace con el alma en la mano.