Este domingo, el barrio de La Victoria, en el consejo popular de Pueblo Nuevo (Centro Habana), se convirtió en escenario de un operativo policial que terminó con la captura de un hombre conocido como Page, sorprendido mientras vendía sustancias prohibidas.
La noticia fue dada a conocer por Elizabeth Ferrer, una internauta afín al oficialismo, quien explicó en redes sociales que fue la propia comunidad quien dio la voz de alerta sobre la movida sospechosa. “Los vecinos avisaron, y la policía actuó rápido”, escribió Ferrer.
“Page ya era cliente viejo del sistema”, agregó la mujer, señalando que el detenido tiene antecedentes por delitos similares. Durante el arresto, le confiscaron una cantidad considerable de droga y bastante dinero en efectivo, lo que confirmaría que estaba en pleno negocio.
Más operativos, misma preocupación
El caso de Page no fue el único este fin de semana. También en San Agustín (La Lisa), agentes del Ministerio del Interior llevaron a cabo un operativo en Bachiplán, donde cayó otro presunto vendedor, esta vez relacionado con el temido “químico”, una droga sintética de alto riesgo y con efectos devastadores.
En Guanabacoa, durante la noche del sábado, ocurrió una captura similar en Habana Nueva, cuando un supuesto traficante fue arrestado por sorpresa, también vinculado a la distribución de esta sustancia. Según el MININT, estos procedimientos forman parte de una “cruzada nacional contra las drogas”.
Un problema que no se detiene
Aunque los medios oficialistas se esfuerzan por mostrar a las autoridades como diligentes en estos casos, la realidad en las calles es más compleja. Muchos ciudadanos sienten que las acciones del gobierno llegan tarde y que el problema se les fue de las manos hace rato.
La presencia de drogas en barrios vulnerables de La Habana no es novedad. Se ha vuelto una señal clara del deterioro social que golpea al país: poca educación preventiva, falta de alternativas para los jóvenes, servicios públicos en ruinas y un mercado negro que florece donde el Estado se ausenta.
Por mucho que ahora se lancen operativos sorpresa, la expansión del consumo y la venta de estupefacientes es el resultado de años de abandono. Y la pregunta sigue en el aire: ¿qué se está haciendo de verdad para cortar el problema de raíz?