La popular repentista cubana Juana Tomasa Quiala Rojas, conocida cariñosamente como Tomasita, está atravesando un momento delicado de salud. Actualmente se encuentra ingresada en el Hospital Hermanos Ameijeiras, en La Habana, donde espera ser intervenida quirúrgicamente del corazón.
Tomasita, como la conoce todo el mundo en Cuba, sufrió un infarto el pasado marzo que encendió las alarmas. Aunque logró recuperarse parcialmente, ahora necesita una operación para estabilizar su estado, pero no cuenta con todos los medicamentos requeridos para llegar en condiciones óptimas al quirófano.
A través del grupo de Facebook “Asociaciones de Cubanos Residentes en Canadá”, se hizo un llamado urgente a la solidaridad, sobre todo de quienes viven en La Habana, para ayudar a conseguir algunos medicamentos escasos, entre ellos Sulfato de Brotamina en bulbo —usado para contrarrestar los efectos de la heparina— y también Nadroparina o Enoxieparina subcutánea, ya que, como explicaron, “sus venas están en muy mal estado”.
«Queremos que esta gran cubana pueda ser operada pronto», se lee en la publicación, que busca unir a la comunidad cubana dentro y fuera del país para tenderle una mano a quien ha dedicado su vida al arte tradicional.
Desde el mismo post, el activista Amado Riol Pirez, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y creador de la iniciativa oficialista “A Cuba hay que quererla”, dejó saber que ya hizo su aporte a la causa.
Tomasita, una mujer invidente con un talento que rebasa fronteras, permaneció varios días en cuidados intensivos en el hospital de San José de las Lajas, en Mayabeque, tras el infarto. Luego recibió el alta médica, y su mejoría fue celebrada por el propio Miguel Díaz-Canel, quien compartió su alegría en redes sociales.
Nacida el 29 de diciembre de 1961 en Banes, Holguín, Tomasita se formó en la escuela para ciegos Varona Suárez y desde muy joven demostró tener un don especial para las décimas improvisadas, esas joyas de la poesía campesina que tanto representan la cubanía.
Su carrera despegó en el Centro Provincial de la Música Antonio María Romeu y se consolidó gracias a su carisma y talento, convirtiéndose en una de las figuras más queridas del programa Palmas y Cañas. El Premio Nacional de la Cultura Comunitaria, además de su paso por escenarios internacionales en España, Portugal, México y Argentina, son solo una muestra del impacto de su obra.
Aunque su cercanía con el régimen le ha ganado críticas en ciertos sectores, nadie pone en duda su legado como una de las grandes voces del repentismo cubano. Hoy, más que nunca, necesita del mismo pueblo al que tantas veces hizo vibrar con sus décimas.