En medio del despelote que es hoy el transporte en Cuba, el régimen anunció con bombo y platillo que 63 guaguas regresaron a rodar por las calles habaneras, luego de estar paradas por falta de piezas. El aviso vino directo del ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, que lo soltó en su cuenta oficial de Facebook, como quien dice: “¡al fin una buena!”.
Según contó el ministro, esta reactivación se logró gracias a un lote de 501 neumáticos y 148 baterías que llegaron a la Empresa Provincial de Transporte de La Habana. Todo esto, supuestamente, gracias al Fondo para el Desarrollo del Transporte Público, que empezó a moverse en enero con dinero fresco en divisas, proveniente de los impuestos por la venta de carros en el país.
¿Y para dónde van esas guaguas? Bueno, fueron repartidas por varias terminales de la capital: Guanabo, Alamar, Bahía, Guanabacoa, San Agustín, Playa, La Lisa, Santa Amalia, Santiago de las Vegas, Cotorro, Alberro, Palatino… y hasta Diezmero, donde se entregaron 8 baterías para poner a rodar otras 4.
Pero ojo, que esto no significa que la cosa ya está resuelta. El mismo ministro dejó claro que la disponibilidad diaria sigue siendo variable, porque muchas veces una guagua entra hoy y sale mañana por otro problema. Aun así, afirmó que este paso debe aliviar un poco el movimiento de pasajeros en la capital.
También prometió que más adelante informará sobre lo que se va a hacer con el dinero de ese fondo en otras provincias, donde la situación del transporte está tan mala como en La Habana… o peor.
Hace unos días, ya se había hablado de un proyecto para recuperar 100 ómnibus más, utilizando piezas recicladas y con el empujón de una donación del gobierno chino. Esos trabajos se están haciendo en los talleres de CAISA, en Guanajay, y el propio Rodríguez Dávila fue a chequear cómo va la cosa.
Ahora bien, nadie puede tapar el sol con un dedo. El sistema de transporte público en Cuba está hecho leña, y eso lo han reconocido hasta los mismos dirigentes. La escasez de piezas, la falta de combustible y el deterioro de los vehículos han dejado el panorama en candela.
Para que tengas una idea: en La Habana solo estaban funcionando 252 guaguas, mientras 309 seguían parqueadas sin esperanza. Esa cifra lo dice todo. La capital, con más de dos millones de habitantes, depende de un sistema que apenas da abasto y que, por ahora, sobrevive a base de donaciones, parches y milagros.
Así que sí, volvieron 63 guaguas… pero la pregunta sigue siendo la misma: ¿hasta cuándo va a durar la gasolina de este “logro”?